El informe "Perspectivas económicas de América Latina 2015. Educación, competencias e innovación para el desarrollo", difundido en Lima por la OCDE, fijó el promedio de crecimiento de los países de la entidad con sede en París en alrededor del 2% en 2014, y desde el año 2003 no estaba por encima de los índices de crecimiento de América Latina.
El estudio fue presentado en la sede del Banco Central de Reserva de Perú (BCRP) por el italiano Mario Pezzini, director del Centro de Desarrollo de la OCDE, y el colombiano Sebastián Nieto Parra, economista de la oficina de las Américas y el Caribe de la OCDE.
LEA MÁS: Para la OCDE, Latinoamérica enfrenta una fase decisiva para impulsar su desarrollo
LEA MÁS: La OCDE pone a Estados Unidos al frente de la recuperación económica mundial
El reporte de la OCDE señaló que el año 2014 registró "el ritmo de expansión económica más modesto de los últimos cinco años" para Latinoamérica, menos del 1,5%, aunque auguró una recuperación para 2015 de entre el 2 y el 2,5 por ciento.
"La principal preocupación es que las bajas tasas de crecimiento previstas para América Latina en los próximos años, cercanas ó por debajo del 3%, no representen una desaceleración temporal sino que reflejen un crecimiento potencial más bajo que el habitualmente estimado", indicó el estudio.
Principales desafíos
La OCDE destacó la necesidad que América Latina avance "en reformas estructurales para impulsar el crecimiento potencial con equidad, dentro de las cuales el fortalecimiento de la educación, las competencias y la innovación son la clave".
"La evolución de la productividad en América Latina es decepcionante (...). Una mayor productividad permitiría además avanzar hacia un crecimiento más inclusivo, y reducir los elevados niveles de desigualdad y pobreza", agrega el informe.
Pezzini alertó además que la región latinoamericana entró en "la trampa de la renta media, según la cual el aumento del PIB se frena una vez alcanzado un nivel intermedio de desarrollo", y que presenta "una especial resistencia en Latinoamérica" para dar el salto a economías de renta alta.
La OCDE propuso un aumento de la calidad de la educación para fortalecer la clase media emergente y superar esa trampa, ya que los países de la región alcanzaron un nivel de inversión en educación del 5% del PIB, similar al 5,6% de OCDE, pero éste no se tradujo en una mayor cualificación y capacitación de los trabajadores.