"Sólo hemos comenzado las conversaciones oficiales sobre la normalización de las relaciones, que llevará mucho más tiempo que este primer paso, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas", afirmó la secretaria de Estado para Latinoamérica en el Senado estadounidense.
Ante el cuestionamiento de la bancada republicana, la funcionaria remarcó: "Incluso mientras lo hacemos (negociación), vamos a seguir, tanto directamente como a través de la vía diplomática, animando a nuestros aliados para aprovechar todas las oportunidades -públicas y privadas- para apoyar un mayor respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba".
Es más, prometió continuar con la distribución de fondos asignados por el Congreso "para apoyar el ejercicio de las libertades políticas y civiles en Cuba, facilitar el libre flujo de información, y proporcionar asistencia humanitaria".
"Vamos a continuar nuestras conversaciones con nuestros comités de supervisión y créditos a medida que avanzamos hacia una nueva relación. Somos conscientes de que hay una diversidad de opiniones en el Congreso de Estados Unidos sobre la nueva dirección hacia Cuba. Sin embargo, esperamos que también podamos trabajar juntos para encontrar un terreno común hacia nuestro objetivo de permitir que el pueblo cubano determine libremente su propio futuro", afirmó Jacobson ante el subcomité para el Hemisferio Occidental de la Cámara alta de EEUU.
El subsecretario de Estado estadounidense para Democracia, Derechos Humanos y Trabajo, Tom Malinowski, durante la primera audiencia celebrada en el Legislativo de EEUU sobre las negociaciones bilaterales, que tiene lugar hoy en el Senado, afirmó que "es ineludible reconocer también que el embargo hacia Cuba durante la última mitad de siglo no ha ayudado a debilitar al régimen cubano y no ha supuesto un cambio positivo para la vida de los ciudadanos".
En referencia a la liberación de los 53 presos políticos cubanos, requisito indispensable impuesto por Washington para continuar con las negociaciones, el subsecretario reconoció que ese paso no supone un cambio estructural para la vida de los cubanos. "Todos estamos de acuerdo en que la liberación de estos presos políticos no cambia nada en Cuba por sí mismo. Cuba sigue siendo un Estado unipartidista que intenta controlar toda actividad política, cultural y económica. El Gobierno continúa vigilando todo lo que ocurre, desde las plazas de La Habana hasta las reuniones independientes de la sociedad civil en las provincias", agregó.
En su intervención ante los legisladores, Malinowski indicó también que "ninguno" de los problemas que azotan a Cuba "es culpa de Estados Unidos", pero, como apuntó la subsecretaria de Estado para Latinoamérica, Roberta Jacobson, los nuevos pasos dados hacia la isla ya no permitirán que nadie responsabilice a Washington de lo que ocurre en La Habana.
El pasado 17 de diciembre, Cuba y Estados Unidos anunciaron un acuerdo de acercamiento entre los dos países, que, bajo la dirección del presidente estadounidense, Barack Obama, busca en última instancia levantar el embargo hacia la isla. Pese a las acciones ejecutivas del mandatario, quien ya ha suavizado algunas restricciones en materia de viajes y comercio, el levantamiento de la totalidad del embargo depende de la aprobación del Congreso de EEUU.