Katy Perry y Lenny Kravitz protagonizan este domingo el prestigioso show musical en la edición número 49 del Super Bowl, que tiene como favorito a Los Patriotas de Nueva Inglaterra sobre los Seattle Seahawks. Hasta 10 billones de dólares se apostarán en Las Vegas.
"Junto a Lenny Kravitz trabajamos algo extremadamente sentimental durante meses y creo que va hacer que la noche sea más 'sexy', pero familiar", adelantó La princesa del pop sobre la esperada actuación de esta noche.
Se espera un espectáculo salvaje. Un león y un tiburón harán compañía en el escenario. Y Perry preparó distintos cambios de vestuario durante los 12 minutos de show. Avisó que no faltarán sus éxitos "Firework" ni "Roar". Nada puede fallar.
En la estrategia de atrapar audiencia y mayor publicidad, la organización apuesta a la fórmula doble como en 2014 con Red Hot Chili Peppers y Bruno Mars.
Perry atrae al público joven y sus 64 millones de seguidores en Twitter. Y el rock de Kravitz mantiene la emoción de los más veteranos.
El remanente de entradas cotizaba entre los 7 mil y 15 mil dólares por localidad en las primeras horas del domingo. Y más de 180 millones en el mundo lo seguirán por televisión.
El Super Bowl es el evento más importante para los estadounidenses y las ganancias que genera crecen año a año. Un espacio publicitario de 30 segundos tiene un costo de 4,5 millones de dólares.
El fútbol americano es la excusa perfecta para montar un espectáculo único cada año y obtener cifras extraordinarias. El éxito está asegurado y nadie quiere quedarse afuera.
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