El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, defendió el domingo el discurso que espera realizar ante el Congreso estadounidense sobre Irán, asegurando que tenía la obligación moral de hablar sobre un tema que plantea una amenaza mortal para su país.
Su visita a Washington programada para marzo ha provocado un distanciamiento con la Casa Blanca y ha generado acusaciones en Israel de que Netanyahu está socavando alianza claves que tiene el país en el extranjero, en un intento por ganar una elección dos semanas después del viaje.
Al informar a su gabinete del discurso del 3 de marzo ante el Congreso, Netanyahu dijo que su prioridad era instar a Estados Unidos y a otras potencias a no negociar un acuerdo nuclear iraní que ponga en peligro a Israel.
"En las próximas semanas, las potencias podrían llegar a un acuerdo marco con Irán, un acuerdo que podría dejar a Irán en el umbral de un estado nuclear", dijo en declaraciones difundidas por emisoras israelíes.
"Como primer ministro de Israel, estoy obligado a hacer todo lo posible para impedir que Irán obtenga armas nucleares que apunten al Estado de Israel. Este esfuerzo es global y voy a ir a donde sea invitado para exponer el caso de Israel y defender su futuro y existencia", dijo.
John Boehner, republicano y presidente de la Cámara de Representantes, invitó a Netanyahu sin informar a la administración de Barack Obama, en lo que la Casa Blanca consideró una falta al protocolo.
Barack Obama, que tiene una relación áspera con el derechista Netanyahu, no se reunirá con el líder israelí durante la visita a Washington, dijo su oficina. Esta decisión fue ampliamente tratada en los medios de comunicación israelíes como un desaire.
La Casa Blanca ha citado la proximidad de las elecciones en Israel, el 17 de marzo, y el deseo de evitar influir en las mismas para justificar que no se formule una invitación a la Oficina Oval.
Seis potencias mundiales -Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Francia, Alemania y Rusia- han dado de plazo hasta finales de junio para alcanzar un avance diplomático con Irán y poner fin a una larga disputa sobre las ambiciones nucleares de Teherán.