Los escándalos de corrupción que atenazan a la FIFA provocaron que las empresas Castrol, Continental y Johnson & Johnson, que son tres de sus grandes auspiciantes, decidieran no extenderan sus acuerdos de patrocinio con la entidad que regula el fútbol a nivel mundial.
Dos meses después de conocerse que la aerolínea Emirates y la multinacional Sony no renovarían sus contratos y que Adidas había exigido máxima transparencia al presidente Joseph Blatter y al resto de los dirigentes, se conoció que estos tres grandes patrocinadores no quiere continuar su alianza.
Confirmaron que no prolongarán sus contratos, lo que ha provocado una perdida millonaria para la FIFA, que ya estaría negociando con Qatar Airways y Samsung como nuevas marcas asociadas. Blatter ve cómo cinco de sus grandes sponsors le dan la espalda.
Todo empezó tras la investigación de Michael García, ex fiscal general de Nueva York, que encabezó una búsqueda de irregularidades en la elección de Rusia y Qatar como sedes de los próximos Mundiales de 2018 y 2022, respectivamente.
En el entorno del organismo crece el temor de que las grandes marcas globales quieran alejarse de los escándalos de corrupción que se suceden. Los opositores al dirigente suizo sostienen que la presión de las grandes marcas mundiales pueden motivar su caída.
A su vez, Visa ha exigido una investigación totalmente independiente de las cuentas de la organización antes de discutir la prolongación de su alianza, algo que podría ocurrir también con McDonald's y Budweiser.
Blatter restó importancia a la salida de los patrocinadores dando por hecho que serán sustituidos sin problemas, y los ejecutivos de la FIFA mantienen reuniones con empresas de Rusia, sede de la próxima Copa del Mundo, y el Medio Oriente para llenar el vacío.