Un documento secreto sería la prueba clave del supuesto encubrimiento orquestado por la presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, sobre los iraníes acusados de perpetrar el atentado a la AMIA. Fue tenido en cuenta por Alberto Nisman al denunciarla a ella, y al conocerse detalles de la extensa imputación que presentó días atrás.
El informe que el fiscal citó en su denuncia de casi 300 carillas, y que fue difundida en las últimas horas, es a partir de trascendidos periodísticos. En él, el canciller iraní Ali habría informado a su presidente, Mahmud Ahmadinejad, que la República Argentina "ya no está más interesada en resolver aquellos dos atentados" y que en cambio prefería "mejorar sus relaciones económicas con Irán".
El documento secreto, del cual informó en su momento el periodista fallecido Pepe Eliaschev, habría circulado por varias embajadas. Fue luego de una cumbre que mantuvo Timerman con su par iraní; y en la cual intervinieron como una suerte de mediadores el canciller sirio y el presidente de ese país, Bashar Al Assad, el 23 de enero de 2011 en la ciudad de Alepo.
A Nisman le llamó la atención que no hubo comunicado de la Cancillería sobre ese encuentro, y que sí informó del mismo la agencia de noticias Siria SARA. Para el fiscal no existen dudas de la participación secreta del canciller iraní en esa cumbre, y del informe producido, tomando en cuenta la información publicada por Eliaschev y el también periodista Gabriel Levinas, quien aportó detalles del encuentro a partir de "fuentes oficiosas de la cancillería de Israel".
"La cumbre de Alepo marca el primer indicio concreto y corroborado que da cuenta de la existencia de una decisión de los más altos funcionarios denunciados del Gobierno argentino de abandonar la legítima pretensión de enjuiciar a los acusados iraníes", disparó Nisman en la denuncia. Luego de ese encuentro sobrevino años más tarde el Memorándum de Entendimiento entre Argentina e Irán, por el cual el juez del caso AMIA podía interrogar en ese país a los sospechosos.
Nisman aseguró que ese acuerdo con el país islámico implicaba que el gobierno de Cristina Kirchner pujara para que Interpol bajara las circulares rojas con los pedidos de captura a cinco iraníes acusados de perpetrar el atentado. Como no se logró, la alternativa –según se denunció- fue desviar la investigación sobre los verdaderos responsables e inventar pistas falsas para inculpar a inocentes.
En poder del juez Ariel Lijo está una mínima parte de las varias horas de escuchas telefónicas agrupadas en un equivalente a 960 cd´s cuyo contenido será desgrabado en los próximos días.
Las escuchas surgieron de cuatro teléfonos intervenidos atribuidos a Jorge Khalil, -otro de los denunciados por Nisman-, quien sería el representante más importante que Irán tiene en nuestro país para el tema AMIA. Son conversaciones que tuvieron con él el dirigente Luis D´Elía y el líder de Quebracho, Fernando Esteche, entre muchos otros.
También constan conversaciones por varias horas de quien se suponía un agente de la SIDE que, según Nisman, transmitía los designios de la Presidenta a los iraníes. "Tranquilo, está cerrado muy arriba", se registró en una escucha a partir de una conversación que mantuvo al teléfono de Khalil el 6 de febrero de 2013, y en donde hacía supuestamente alusión a la desvinculación de los iraníes de la causa AMIA.
El titular de la SIDE, Oscar Parrilli, informó por pedido del juez Lijo que ese supuesto agente, de nombre Ramón Héctor Allan Bogado, no pertenece ni ha pertenecido como personal de planta permanente o transitoria.
Fue llamativa la identificación de quien se suponía era agente de inteligencia. En un mensaje de texto que le envió a Khalil con la dirección de su e-mail, Nisman descubrió que el encabezado era el mismo con el que figuraba un usuario en la red social Sónico. Otros datos que Bogado aportó en las conversaciones permitieron su identificación.
Nisman suponía que Bogado era un espía por el nivel de información que manejaba y porque él mismo daba a entenderlo.
En reiteradas ocasiones, Nisman le apuntó a la Presidenta. "El plan tenía sello presidencial", consta en la denuncia que le atribuye a ella ser quien ideó la maniobra, y señala al canciller como su ejecutor, con participación de los demás acusados.
Se prevé que hasta febrero no haya definición por parte de Lijo sobre si será él quien investigue la denuncia, o decide enviarla a sorteo para que otro juez intervenga
"La orden para ejecutar el delito provino directa y personalmente de la Presidenta y su instrumentación quedó a cargo de su canciller, y otros funcionarios de menor rango terceros", aseguró.
La denuncia hecha por Nisman y su posterior muerte precipitaron las cosas. El juez Lijo que estaba de licencia interrumpió sus vacaciones, y dispuso medidas para resguardar la documentación que el fiscal utilizó para acusar a CFK. Entre ellas, las escuchas.
Pero hasta febrero se prevé que no haya definición por parte de Lijo sobre si será él quien investigue la denuncia -tiene en sus manos una causa por irregularidades en la investigación del atentado a la AMIA- o decide enviarla a sorteo para que otro juez intervenga.
La fuerte conmoción que provocó la muerte del fiscal alteró por completo el panorama de Comodoro Py en una jornada de feria. Lijo mantiene reuniones frecuentes en su despacho con el fiscal Ramiro González, quien interviene con él en la causa por las irregularidades en AMIA, pero también recibió la visita de algunos de sus colegas, como fue el caso de Claudio Bonadio.
El sector del pasillo por el cual se accede al despacho de Lijo, en el tercer piso de Comodoro Py, estuvo resguardado. En sus oficinas están la gran cantidad de horas con las escuchas telefónicas.
De todos modos, fuentes judiciales explicaron a Infobae que no hay riesgo de una alteración o pérdida del material, pues existe un back up de los audios en la SIDE. Justamente fue una disposición que se tomó cuando muchos años atrás se perdieron cassettes con escuchas telefónicas en la investigación por el atentado a la AMIA.