La entidad presidida por la francesa Christine Lagarde redujo drásticamente su expectativa de crecimiento de Brasil para 2015 hasta ubicarla en el 0,3%, fragilizada por la posibilidad de una retirada de capitales y el impacto por la desaceleración china.
En su informe divulgado en octubre pasado, el Fondo Monetario Internacional había expresado una expectativa de crecimiento para el gigante sudamericano de 1,4%, de forma que la nueva previsión representa una rebaja de 1,1 punto porcentual. Además, el FMI estimó en 0,1% el crecimiento del Producto Interior Bruto en 2014.
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En general, la entidad financiera redujo su expectativa de crecimiento para toda la región de América Latina a 1,3% en 2015 y a 2,3% en 2016. En octubre, había señalado una previsión de crecimiento del PIB de 2,2% este año y de 2,8% para el próximo.
En el caso de México, el FMI revisó a la baja la expectativa de aumento del PIB este año a 3,2% (contra 3,5% en octubre). Al tiempo que para 2016 indicó 3,5% (3,8% en octubre).
De acuerdo con el Fondo, en general las economías emergentes sufrirán el impacto de tres factores simultáneos: la desaceleración de China, las perspectivas desalentadoras para Rusia y las revisiones a la baja en el crecimiento potencial de los exportadores de materias primas.
Este último factor está ligado al "impacto de la caída de los precios del petróleo y de otras materias primas en los términos de intercambio y los ingresos reales", que a su vez "causarán un daño mayor en el crecimiento en el mediano plazo", señaló el informe de la institución multilateral.
Desde el punto de vista de los mercados financieros, las economías latinoamericanas estarán expuestas a "sorpresas en la trayectoria de la nacionalización de la política monetaria estadounidense, en el contexto de una expansión mundial que no logra equilibrarse".
En este escenario, "las economías emergentes están particularmente expuestas, ya que podrán enfrentarse a una reversión de los flujos de capital", apuntó el FMI.