La historia de Martin Pistorius es de las que nos hacen recuperar la esperanza y volver a confiar en el amor.
Es que nadie que lo hubiera conocido después de que a los 12 años de edad una extraña enfermedad atacara directamente sus capacidades motrices hasta sumirlo en una parálisis total hubiera dicho que Martin podría volver a tener una vida normal. Pero él ha logrado sorprender a todos.
Martin Pistorius nació en Sudáfrica a finales de los años 80 en el seno de una familia acomodada, en la que no sufrió ninguna necesidad material o emocional. La vida de este niño feliz se completaba con sus amistades y con su excelente desempeño escolar.
Sin embargo, a la edad de 12 años todo cambió para él. Una extraña enfermedad que comenzó como un simple dolor de garganta, pero que poco a poco fue avanzando por todo su cuerpo, dañó severamente sus capacidades motoras. Martin rápidamente perdió el habla y con el tiempo también perdió la capacidad de hacer contacto visual y su sistema nervioso se vio afectado.
Los médicos le diagnosticaron meningitis criptocócica. La salud de Martin empeoró hasta quedar en una especie de estado vegetativo, por lo que muchos especialistas supusieron que el niño no era capaz de percibir la realidad que lo rodeaba.
Su estado se prolongó durante otros doce largos y cruentos años. Durante ese período, su padre se levantó todos los días a las 5 de la mañana para darle un baño y llevarlo a un centro especial de salud, en el que recibía estímulos de todo tipo y realizaba ejercicios físicos para mejorar su motricidad.
Sin perder las esperanzas, su familia pareció aceptar lo que entonces parecía irreversible, hasta que una enfermera llamada Virna van der Walt llegó para cambiar las cosas.
Es que la cuidadora, a cargo de pasar con Martin muchas horas del día, se dio cuenta que el joven sí era capaz de percibir lo que sucedía a su alrededor y que sufría una especie de "encierro" en su propio cuerpo. Con este sencillo descubrimiento, la familia decidió ordenar una serie de exámenes, después de los cuales los médicos confirmaron las sospechas de la enfermera.
El centro que se ocupada de Martin, en conjunto con la Universidad de Pretoría, comenzó a hacer esfuerzos para mejorar el cuadro del paciente y pronto comenzaron a detectarse avances.
En simultáneo, sus padres, entusiasmados con el nuevo cuadro, usaron su ingenio para crear un software especial que facilitó sustancialmente la comunicación de Martin con el mundo exterior.
Para el año 2003, el muchacho ya era capaz de trabajar creando sitios web, y logró terminar la universidad.
Finalmente, Pistorius contrajo matrimonio con su esposa Juana en 2009, una hermosa mujer que conoció durante su proceso de mejora. Viven juntos en Inglaterra, donde Martin se gana la vida trabajando en la elaboración de páginas por internet.
Fueron la fe, la esperanza y el amor las claves para que esta historia tuviera un final feliz.