No hubo presidentes de América Latina en la marcha contra el terrorismo en París

Sólo la brasileña Dilma Rousseff y el mexicano Enrique Peña Nieto enviaron mensajes de condolencias a través de sus cuentas de Twitter. Muchos países de la región se limitaron a sumar a sus embajadores

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El domingo 11 de enero de 2015 quedará en la historia de Francia y del mundo entero por la multitudinaria marcha que hubo en París en repudio a los atentados terroristas que dejaron 17 muertos esta semana.

Los mandatarios más importantes de Europa e incluso de Medio Oriente estuvieronr presentes para acompañar al francés François Hollande y al pueblo galo. El palestino Mahmoud Abbas y el israelí Benjamin Netanyahu acompañaron a Hollande, así como los dirigentes de numerosos países europeos, incluyendo la alemana Angela Merkel, el británico David Cameron, el español Mariano Rajoy y el italiano Matteo Renzi.

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Sin embargo, y pese al repudio mundial generalizado, ningún funcionario del más alto nivel de los países latinoamericanos acompañó la marcha. Solamente dos presidentes de la región enviaron mensajes de condolencias a través de las redes sociales en las últimas horas: la brasileña Dilma Rousseff y el mexicano Enrique Peña Nieto.

Rosuseff escribió un tuit el miércoles (día del ataque contra la redacción de la revista Charlie Hebdo) para subrayar su "profundo pesar e indignación" por el "ataque sangriento e intolerable en la sede del semanario". Sin embargo, su país, el más grande de América Latina, sólo estuvo representado por su embajador en París. Ha sido una formalidad de escaso interés político.

Este sábado volvió a referirse al ataque del miércoles y reiteró su "mensaje inicial de solidaridad a los franceses y su gobierno". Y agregó: "Espero que estos hechos sean el antídoto contra futuros actos de intolerancia o barbarie".

Por su parte, el mexicano Peña Nieto escribió el miércoles para decir que su país "condena el atentado contra el semanario y expresa sus condolencias a la sociedad y al Gobierno de Francia".

Más allá de estos mensajes aislados de dos de los mandatarios de primer nivel, ni ellos ni ningún otro presidente latinoamericano, se hizo presente en la marcha de este domingo.

Máxima seguridad

El gobierno francés desplegó unos 5.500 efectivos, policías y soldados en el marco del plan antiterrorista Vigipirate y unos 150 agentes vestidos de civil protegieron a las personalidades extranjeras, con el apoyo de motociclistas y francotiradores en los tejados.

"Se adoptaron todas las medidas para que esta manifestación pueda desarrollarse en un clima de recogimiento, respeto y seguridad", dijo el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.

Los hermanos Said y Cherif Kouachi, autores de la matanza del miércoles en la revista satírica Charlie Hebdo en la que fallecieron 12 personas, murieron el viernes en un asalto de las fuerzas de seguridad en la localidad de Dammartin-en-Goele, al noreste de París.

Casi al mismo tiempo, Amedy Coulibaly, responsable del asesinato de una policía el jueves en París, murió en otro asalto de las fuerzas del orden en París, en una tienda de alimentación kósher donde había tomado rehenes y había matado a cuatro personas.

700.000 personas el sábado

El sábado unas 700.000 personas invadieron las calles de Francia para rendir homenaje a las 17 víctimas de los ataques yihadistas.

De Toulouse (sur), donde se reunieron 100.000 personas, hasta Nantes (oeste), donde desfilaron más de 30.000 personas, las reuniones espontáneas se multiplicaron en muchas ciudades del país.

"Yo soy musulmán y yo soy Charlie, Francia, mi patria", "yo soy judío y yo soy Charlie" o "yo soy antirracista", podía leerse en las pancartas de los manifestantes en Toulouse, junto a portadas del semanario satírico Charlie Hebdo.

Los atentados conmocionaron a los franceses y al mundo y el eslogan "Yo soy Charlie" recorrió rápidamente el planeta.

"Cuando hay 17 muertos, es porque se produjeron fallas", admitió Manuel Valls

El balance de los atentados no tiene precedentes en los últimos 50 años en el país y abre interrogantes sobre los dispositivos de seguridad, en un contexto de intenso debate sobre el papel del islam y de la inmigración en Francia.

"Hay un fallo, es evidente. Cuando hay 17 muertos, es que se han producido fallos", reconoció el primer ministro francés Manuel Valls.

Los investigadores siguen el rastro de la compañera de Coulibaly, Hayat Boumeddiene, y fuentes policiales indicaron el sábado que esta mujer de 26 años había viajado a Turquía "a principios de enero", antes de los ataques. Una fuente de seguridad turca indicó que la joven, quien llegó a ese país "el 2 de enero", "se encuentra probablemente en Siria".

Coulibaly, cuyos padres eran de origen malí, justificó su acción ante sus rehenes por la intervención militar francesa en Malí y los bombardeos occidentales en Siria.

La madre y las hermanas de este último condenaron los atentados y presentaron "su más sentido pésame" a las familias de las víctimas.

Por su parte, los dos hermanos Kouachi, franceses de origen argelino, estaban desde hace años en la lista negra estadounidense del terrorismo. Said Kouachi se había entrenado en el manejo de armas en Yemen en 2011.


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