Francia luego de Charlie Hebdo: ¿unidad nacional o juego político?

Una encuesta muestra que una aplastante mayoría de franceses quiere la unidad nacional. Invitados de todo el mundo participan de una marcha en París. Pero hay polémica por la decisión del oficialismo de no invitar al Frente Nacional

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Reuters
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Una encuesta de Ifop/Paris Match publicada este sábado, a sólo cuatro días de la masacre en el periódico Charlie Hebdo, revela que el 97% de los franceses –una mayoría casi absoluta- quiere unirse por encima de las diferencias. Al mismo tiempo, muestra que 63% de los consultados no entiende por qué el Frente Nacional (FN) –fuerza de extrema derecha nacionalista en ascenso, con 24% de los votos en las últimas elecciones al Parlamento Europeo- no ha sido invitado a participar de la marcha republicana convocada para este domingo 11 de enero en París.

La unanimidad manifestada por los franceses en esta coyuntura particular es vista por muchos como una oportunidad, que alimentaba la esperanza de que los dirigentes dejasen de lado el cálculo político.

"Los socialistas no estuvieron a la altura de nada –dijo el director de la revista de historia Herodote, André Larané, a Infobae-. Los pequeños cuadros socialistas que hoy nadan en una impopularidad total dicen 'queremos la unión nacional', pero para ellos la unión nacional se limita más o menos al Partido Socialista".

Estas críticas no se formulan desde la derecha ni mucho menos -aunque también la UMP, el partido de Nicolas Sarkozy, se mostró contrario a la marginación-. Especialmente duro fue el pronunciamiento de la revista independiente de izquierda Marianne2, donde trabajaba también uno de los caricaturistas asesinados en la redacción de Charlie Hebdo, Bernard Verlhac, conocido por su seudónimo de dibujante, Tignous. La publicación tituló "Es demasiado fácil ser combatido por tontos" (paráfrasis de una tapa de Charlie Hebdo en la cual Mahoma se lamentaba 'Es duro ser amado por tontos', en referencia a los fundamentalistas). El artículo de Marianne advertía que el Frente Nacional se beneficiaría con esta exclusión: "Habrá que creer que a algunos dirigentes políticos les gusta reproducir los mismos errores, esos que permiten que a las velas electorales del Frente Nacional nunca les falte viento favorable".

"No hay lugar para una formación que divide a los franceses en función de sus orígenes y de sus religiones", dijo el socialista François Lamy, integrante del comité organizador de la manifestación ciudadana del domingo. Y el dirigente ecologista Julien Bayou dijo que el FN no estaba invitado porque "se las toma con ciertas libertades fundamentales en su programa y estigmatiza regularmente a tales o tales ciudadanos".

Para Marianne2, "los representantes de Hollande retoman la idea pueril de trazar una línea Maginot entre buenos y malos, en el seno de la República. Sin embargo, la historia ha dado numerosos ejemplos (de) que siempre los 'malos' se alimentan del ostracismo del que son objeto".

"¿Podía la presidente del FN soñar con adversarios más torpes?, se pregunta la revista. Que le dan un carnet de republicana con el que no soñaba".

Por su parte, André Larané señaló: "Lamenté que el Presidente, ya que los socialistas no lo hicieron, no dijese claramente 'todos los partidos están convocados a manifestarse', incluido el FN, que representa el 25% del electorado, dado que Marine Le Pen expresó su deseo de hacerlo y de este modo sus seguidores podrían haberse diluido en la democracia, por decirlo de algún modo".

Marine Le Pen aprovechó efectivamente la ocasión para replicar con tranquilidad que "la unidad nacional que es tan útil ha sido quebrada por el sectarismo de algunos".

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"Como es más hábil que sus adversarios políticos –señala Marianne2-, Marine Le Pen no los dejó capitalizar políticamente la emoción suscitada por la hecatombe del miércoles".

De hecho, la líder del Frente Nacional, manifestará también este domingo, pero eligió para ello una ciudad del interior, gobernada por su fuerza.

Larané dice al respecto: "Creo que teníamos todo para ganar en decirles 'hoy les estrechamos la mano si están de acuerdo y si se comprometen a abstenerse de cualquier comentario racista', para tratar de convencerlos y hacer que evolucionen en el buen sentido. Si se los rechaza perdemos una oportunidad".

Más en general, Larané cree que "con este drama", Francia está ante una oportunidad y una disyuntiva: "O nos inclinamos hacia el lado bueno, o hacia el malo. El lado bueno sería que la convirtamos en la ocasión de volver a soldar el país –que está en una situación difícil-, de emprender un nuevo comienzo, pero podemos caer en el otro sentido, y creo que los dirigentes socialistas no han elegido el lado bueno".

El sociólogo Alain Touraine había dicho en entrevista con Infobae, a pocas horas de ocurrido el atentado, que actualmente "la gran fractura en Francia es entre los que participan de los intercambios mundiales, es decir la gente de las metrópolis y todos los demás", es decir, los excluidos, los "periféricos", entre los cuales se encuentran muchos obreros que "alimentan el electorado del Frente Nacional (FN)", lo que le da a esta fuerza una fisonomía muy diferente de la que tenía en tiempos de Jean-Marie Le Pen (el padre de Marine).

Larané señala además que en Francia el Frente Nacional no se atreve a manifestar con eslóganes abiertamente racistas como sucede con otras fuerzas de extrema derecha en Europa. "Es por eso que creo que la idea de que el FN desfilara con el resto de los partidos de la República era una oportunidad para integrarlo en el juego político, dice. Y justamente los socialistas no quieren eso porque prefieren mantener la fractura con el Frente para asegurarse la reelección, como pasó en 2011, cuando Hollande fue elegido sólo porque Sarkozy estaba desacreditado y la gente le tenía miedo al FN. Es un cálculo politiquero que hace que dividamos tontamente al país", lamenta.

"Los partidos, el socialismo, pero también la derecha, usufructúan las divisiones, o sea que no estamos hoy cerca de borrarlas. Hay manipulación. La verdad es que cuesta sentirse en fase con esta dirigencia que no hace nada para bajar las tensiones", concluyó

Según la encuesta de Ifop/Paris Match, 80% de los franceses cree que la marcha es "absolutamente necesaria" y entre los simpatizantes del propio Frente nacional el número llega al 72%. De hecho, las francesas ya se han manifestado en estos días en diferentes puntos del país en un número que suma en total unas 700 mil personas. Hoy se espera una convocatoria histórica en una marcha que tendrá además una impresionante presencia internacional.

"Esta unanimidad –dice Paris Match al comentar la encuesta- obliga a los políticos a no romper demasiado rápido esta excepcional unión nacional. Toda la cuestión es saber cuánto tiempo va a durar esta tregua política. Una tregua ya perturbada ya en las últimas horas por la polémica en torno a la asistencia o no del FN. (...) Una exclusión que los franceses desaprueban."

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