La expectativa de encontrar al autor del asesinato de Lola Chomnalez mutó en decepción ayer por la tarde, cuando se informó que la jueza Marcela López había decidido liberar a las cuatro personas que se encontraban arrestadas, porque entre ellas no estaba el asesino.
Sin embargo, los testimonios recogidos en esa extensa jornada judicial parecen haber servido para reforzar una hipótesis: el principal sospechoso es el albañil descripto en el identikit que fue difundido a través de los medios de comunicación argentinos y uruguayos. El martes se informó que podía ser uno de los apresados, pero finalmente se informó que seguía prófugo.
Las fuerzas de seguridad del país oriental buscan en la localidad de Rocha al hombre apodado Conejo, de unos 45 años, cuyos rasgos faciales coinciden con el perfil realizado por la Unidad de Análisis de Hechos Complejos: es de cutis trigueño, con ojos marrones claros, la piel "curtida por el sol", y se estima que tiene una estatura de entre 1,70 y 1,75.
La madrina de la víctima había declarado ante la Justicia que, el día de su desaparición, Lola salió a caminar en dirección a Aguas Dulces con una mochila que contenía $2.500. Y los investigadores presumen que Conejo habría asesinado a la adolescente de 15 años en el marco de un hecho de robo, para el que utilizó un cuchillo de escaso filo con el que intentó degollarla y le produjo las heridas cortantes que fueron certificadas en la autopsia.
Para fortalecer esta hipótesis fue clave el testimonio de Juan Sosa, el albañil de 20 años que trabajó junto al sospechoso en la reparación de un techo de una casa de Barra de Valizas, quien ayer -luego de recuperar la libertad- reveló al diario El País que el último domingo de 2014 "estaba pintando el rancho" mencionado, cuando vio al hombre descripto en el identikit y lo invitó a trabajar porque "la estaba pasando mal" debido a que no tenía plata.
La sospecha sobre la figura del fugitivo se reforzó porque, durante las indagatorias realizadas el martes, los convocados coincidieron en señalar que, el día del crimen, "Conejo" desapareció tres horas y regresó con bolsas de comida para sus compañeros de obra, a los que les aseguró que había encontrado dinero en la playa.
Con esos datos, la jueza López ordenó anoche la captura del hombre del identikit y de un sujeto conocido como "El Huguito", que trabajaba como albañil, al igual que varias personas que ayer declararon en sede judicial.
La madre del principal sospechoso, cuyas iniciales serían A. J. C., decidió presentarse de forma voluntaria en una sección policial para defender a su hijo, a quien describió como "incapaz de matar un pollo, muchos menos a una mujer". De todos modos aseguró que no sabe dónde se esconde y admitió que no lo ve desde el domingo 28, cuando se produjo la muerte de Lola.