El presidente ucraniano Petro Poroshenko recibió el sábado como héroes a los militares ucranianos liberados a cambio de 222 rebeldes en el este separatista prorruso, en el marco del acuerdo logrado esta semana en conversaciones en Minsk.
El canje, el más importante desde el comienzo del conflicto a mediados de abril, ha concluido el sábado con la entrega de tres militares y un civil ucranianos detenidos en la república separatista de Lugansk, anuncio Poroshenko en Twitter, tras recibir en la madrugada del viernes al sábado a 145 militares que fueron liberados en un aeródromo militar de Kiev.
El viernes, los dos bandos llevaron a cabo un canje de cientos de prisioneros en la región rebelde vecina de Donetsk, que tuvo lugar en una ruta cerca de la ciudad de Kostiantynivka.
Se trató en total de 222 insurgentes -hombres y mujeres- y de 146 soldados ucranianos, aunque uno de estos últimos, se negó a regresar a Kiev alegando que era de origen ruso y que desaprobaba los actos del ejército ucraniano en el este.
"Los mejores guerreros"
"Como presidente y ciudadano, estoy encantado de que puedan celebrar el Año Nuevo con sus familias, como había prometido", declaró Poroshenko ante los militares liberados, según un comunicado de la presidencia.
"Ustedes han aguantado, no nos han traicionado, han mostrado las mejores cualidades de los guerreros ucranianos"
"Ustedes han aguantado, no nos han traicionado, han mostrado las mejores cualidades de los guerreros ucranianos", les dijo el mandatario tras estrecharles la mano, como puede verse en un vídeo difundido por el gobierno.
El intercambio de presos es el único acuerdo tangible al que llegaron el miércoles los bandos enfrentados, en una reunión del grupo de contacto compuesto por representantes de Kiev, de Moscú, de la OSCE y de los separatistas prorrusos.
Las negociaciones deberían haber proseguido el viernes, pero no tuvieron lugar.
Los rebeldes reclaman principalmente que vuelva la financiación de las regiones en su poder, cortada por Kiev a mediados de noviembre. Exigen, además, "un estatuto especial" que conceda mayor autonomía a las regiones de Donetsk y Lugansk.
El estatuto ya estaba previsto en los acuerdos firmados en septiembre en Minsk. Pero según el gobierno ucraniano y los occidentales, los rebeldes minaron esos acuerdos al organizar elecciones a principios de noviembre unos comicios considerados ilegítimos por la comunidad internacional y el gobierno ucraniano.
El primer encuentro en Minsk, en septiembre, ya intentó poner fin a un conflicto que ha causado más de 4.700 muertos en ocho meses.
Ucrania y los rebeldes se acusaron mutuamente, en repetidas ocasiones, de querer minar el proceso de paz.
El emisario de la autoproclamada república separatista de Donetsk, Denis Puchilin, declaró el sábado que la fecha del próximo encuentro "dependerá de Minsk y de los representantes de Rusia".
El emisario de Lugansk, Vladislav Deinego, dijo que deseaba que ese encuentro tuviera lugar antes de fin de año.
Por su parte, el Kremlin publicó el viernes la nueva versión de la doctrina militar de Rusia, aprobada por su presidente Vladimir Putin, que apunta a la OTAN como una amenaza fundamental para la seguridad del país, poco después de un simbólico voto en el parlamento ucraniano sobre el abandono del estatuto de país no alineado, una decisión que permitirá a Ucrania en un futuro pedir su adhesión a la OTAN.
En un gesto de buena voluntad, Rusia anunció el sábado su intención de proveer de carbón y electricidad sin necesidad de pagos por adelantado a Ucrania, que apenas logra cubrir sus necesidades energéticas por el conflicto.
Rusia proveerá de electricidad a Ucrania al precio aplicado en el mercado interior ruso, muy inferior al que está en vigor en el territorio ucraniano, y se ha comprometido a entregarles hasta un millón de toneladas de carbón al mes.
El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, alertó de las dificultades de Ucrania para cubrir sus necesidades eléctricas, lo que ha provocado frecuentes cortes de luz en varias regiones del país, incluidas aquellas bajo control ruso.