Un médico compartió a través de Facebook la foto y la historia que la rodea. En cuestión de días, se viralizó y fue replicada cientos de miles de veces, emocionando a personas de todas partes del mundo.
El profesional conoció al protagonista, un hombre de 80 años, cuando lo fue a visitar al hospital para hacerse revisar un dedo.
Al verlo en la sala de espera, notó que estaba muy impaciente y que revisaba el reloj permanentemente. Cuando lo atendió, le preguntó a qué se debía su inquietud.
El anciano le respondió que tenía que ir al geriátrico para desayunar con su esposa. Entonces le contó que estaba internada allí porque sufría un Alzheimer muy avanzado y que hacía mucho tiempo que ni siquiera lo reconocía.
El médico, conmovido por el relato, no pudo evitar preguntarle por qué tenía tanto apuro, considerando que su mujer ya no lo recordaba.
La consulta había terminado segundos antes, así que el hombre se levantó, le sonrió y lo miró a los ojos. Mientras le apretaba la mano, le dijo: "Ella no sabe quién soy yo, pero yo sí se quién es ella".
Y se fue, apurado pero feliz, para desayunar con el amor de su vida.