El escenario fue único. Entre botellas de champagne francés, glamour y estilo, ellas dos se pusieron a charlar a un costado. Casi clandestinas, como una conversación en susurro de dos personas tramando algo. Algunos posaban sus ojos en esa particular imagen de dos pesos fuertes de la política argentina, dialogando casi en secreto. Otros buscaban el beso y el abrazo a los novios, Esmeralda Mitre y Darío Lopérfido. Mientras las horas pasaban y la música en el Tenis Club Argentino de Palermo llegaba a su punto más álgido entre los más de 400 invitados, la senadora nacional por el PRO, Gabriela Michetti, no podía esperar. En Alemania, el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, ya estaba desayunando y ahí fue cuando recibió el llamado de su ex vicejefa de Gobierno. "Lilita aceptó nuestro ofrecimiento", palabras más, palabras menos, fue lo que le confirmó Michetti a Macri. La conversación y el intercambio de mensajes no duró mucho más. Ya estaba todo listo.
Invitadas por los novios, Michetti y Elisa "Lilita" Carrió cerraron el acuerdo que se había comenzado a gestar semanas antes y que tuvo un momento central en el evento anual que Michetti realizó para su fundación, días antes del casamiento. Con Lopérfido y Esmeralda como argumento, la senadora se acercó a Lilita y le ofreció lo que ya había hablado con su jefe y mentor político: "Mauricio quiere que seas el emblema de nuestro gobierno en la lucha contra la corrupción. Quiere ofrecerte, si somos gobierno, ser la Procuradora General de la Nación", sentenció Michetti. La respuesta de Carrió fue casi inmediata. Aceptó el lugar que eligieron para ella ante una eventual victoria macrista en 2015 y además agregó: "Quiero combatir la corrupción". Lilita y Gabriela, más amigas que nunca, se abrazaron.
La fiesta siguió su canal tradicional. Entre cotillón y carnaval carioca, el acuerdo ya estaba cerrado aunque la fundadora de UNEN juró silencio, al menos hasta los primeros meses de 2015. Hacia afuera, la estrategia de "Lilita" no sufrirá cambios: continuará recorriendo el país como candidata a Presidente y abogará por un acuerdo opositor para enfrentar al Justicialismo. Sus interlocutores ya recibieron la orden de negar la versión y continuar trabajando en un armado nacional.
Desde el 2003 en adelante, Carrió hizo de la lucha contra la corrupción su sello más importante. Empezó con un informe sobre la obra pública de la provincia de Santa Cruz, mostrando, a su entender, cómo operaba Néstor Kirchner con sus empresarios amigos. Desde ahí, "Lilita" junto a su equipo fueron los protagonistas de las denuncias por corrupción más emblematicas de la década kirchnerista: la investigación por asociación ilícita entre el ex presidente Kirchner y empresarios amigos y la "Ruta del dinero K". "Lilita" y su lengua filosa ejecutan sin pensar. Defecto o virtud, donde ella huele "matriz de corrupción" o "actos irregulares" arremete sin importarle mucho quién está del otro lado. También queda presa de una incontinencia verbal que, muchas veces sin pruebas, dispara contra sus contrincantes o aliados: son incontables los juicios en su contra por difamación, calumnias, injurias o daños morales. A ella no le importa nada.
En los años del kirchnerismo, el Ministerio Público Fiscal nunca fue puesto en funciones con la independencia que ese espacio fundamental necesita. Según la Constitución Nacional, "el ministerio Público es un órgano independiente con autonomía funcional y autarquía financiera, que tiene por función promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad de los intereses generales de la sociedad, en coordinación con las demás autoridades de la República".
Desde 2004 hasta 2013, el procurador general de la Nación fue Esteban Righi, que dejó su cargo en el medio de la disputa de poder por la causa Ciccone, que compromete al vicepresidente, Amado Boudou y por la cual está procesado. La gestión de Righi fue mediocre y en línea con los designios del kirchnerismo pero lo que vino después fue aún más complicado. Para la sucesión, el Ejecutivo eligió al titular de la SIGEN, Daniel Reposo, pero la elección se transformó en escándalo por sus vinculaciones con Boudou, un currículum vitae trucho y denuncias por irregularidades en su gestión en la Sindicatura General de la Nación. Reposo renunció a la candidatura por pedido de la Presidente de la Nación y su reemplazante fue la fiscal Alejandra Gils Carbó.
El presente de Gils Carbó es escandaloso. La familia judicial la acusa de querer manejar políticamente a los fiscales y es señalada como la punta de lanza de la embestida K contra la Justicia. La idea del macrismo es darle a su proyecto de gestión una idea clara de transparencia.
"Nadie puede dudar de la integridad moral de Lilita y están las pruebas que es incontrolable: qué mejor que eso para que esté al frente de la Procuración y termine con la década de impunidad judicial", afirmó a Infobae un funcionario del PRO.
Hace algunas semanas, en un reportaje al diario Tiempo Argentino, Michetti tiró un mensaje que nadie supo decodificar. Cuando le consultaron por "Lilita" como compañera de fórmula de Mauricio Macri, ella fue ambigua: "No sé si de fórmula. Creo que claramente podría formar parte de un espacio como el Pro. Después, personalizar desde el punto de vista electoral si es dentro de una fórmula se me complica".
Lilita y Gabriela son muy amigas, por eso la ex vicejefa de Gobierno y actual senadora se transformó en el enlace entre Carrió y el PRO. La amistad entre ambas viene también de una profunda admiración mutua. Tal es así que en octubre último, Carrió invitó a Michetti a disertar en el Instituto Hanna Arendt en el "Curso general de formación política y ciudadana". Este nuevo capítulo va de la mano de la idea inicial de Michetti sobre una posible llegada de Carrió: que tenga que ver con un proyecto de Gobierno y no con una alianza electoral. Una mirada que incluso en agosto de este año llevó a la senadora a cerrarle la puerta a Carrió si ella no estaba dispuesta a mirar de una manera más profunda el acuerdo entre dirigentes. El desplante de Lilita a UNEN y su transformación cromática al amarillo hicieron todo más fácil.
El desembarco de Carrió en el PRO viene de la mano de un programa estratégico aún más amplio. El compañero de fórmula de Macri sería el senador y presidente de la UCR, Ernesto Sanz, que llegaría al macrismo con varios correligionarios más bajo el brazo. Los apoyos radicales en Mendoza y Córdoba fueron el puntapié inicial.
Además de la vicepresidencia para Sanz, el ex intendente de Córdoba Luis Juez ya tendría todo acordado con su coterráneo Oscar Aguad para ser el candidato a senador nacional de este nuevo momento del PRO. En Santa Cruz, el radical Eduardo Costa, con muchas chances de quedarse con la gobernación, llevaría a Macri como presidente, cerrando así algunos coqueteos con el líder del Frente Renovador, Sergio Massa. En la tierra del vino, Alfredo Cornejo, intendente de Godoy Cruz y candidato a gobernador mendocino, ya dio su visto bueno para ir con Macri, lo que llevaría a que el ex vicepresidente Julio Cobos tome una decisión concreta: ir por la Gobernación o jugar la interna en UNEN. Con el tablero con nuevas piezas y nuevos espacios por conquistar, el PRO está decidido a partir todo lo que intente llevarse el massismo o tratar de conquistar todo lo que el ex intendente de Tigre no pueda. Ayer, el ex vicepresidente Cobos afirmó que una alianza del Frente Renovador con UNEN "no es posible" porque los espacios ya están delimitados.
En el clásico TEG, los dados más altos le comen fichas a los dados más pequeños. En este juego de conquistas, las fichas de la oposición se tiran fuerte: el tiempo ya los apremia. Con "Lilita" lista para hacer campaña por el PRO, los dados se marean y el mapa cambia. ¿Quién es China? ¿Quién es Kamchatka?
Luego de la publicación de esta nota, Carrió difundió un comunicado en el que ratificó su intención de ser candidata a presidente, al tiempo que descartó estar pensando en ocupar la Procuración General de la Nación.