"Todos los niños tenemos un rinconcito en donde nos escondemos cuando queremos soñar", esa es la frase de Chespirito más recordada por Fábio Rebeiro, un brasileño de 33 años que tuvo la suerte de registrar unas de las últimas imágenes que se conocen del ídolo latinoamericano, que murió a los 85 años el viernes pasado.
"Crecí viendo 'El Chavo', él fue una revolución social en mí país. Hace algunos años, los canales tomaron la decisión de retirar de su programación las series, pero las protestas de la audiencia hicieron que volviera a emitirse", manifestó Fábio, según un artículo del diario mexicano El Universal.
Desde 2011, este profesor de idiomas y músico estaba planeando su visita a México con el único fin de conocer al Chavo del 8, pero no fue hasta enero de 2013 que pudo cumplir su sueño de compartir unos momentos con él.
Luego de rebuscar por cielo y tierra algún contacto que lo acercara al actor, consiguió que Florinda Meza y Roberto Gómez Bolaños lo recibieran a él y a su amigo Mauricio Trilla, en su casa Villa Florinda, en Cancún.
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"Soy dibujante y un día quise hacer una imagen de Chespirito. Un amigo me insistió en que intentara entregarle el dibujo a Roberto Gómez Bolaños. Para mí era algo imposible, pero por soñar no te cobran. Después de insistir mucho por redes sociales, logré contactarme con su hija Paulina, quien fue el enlace para poder agendar la reunión".
Meses previos a su visita, con la ayuda de Paulina, Fábio logró hacerle llegar a Chespirito las canciones y los dibujos que había hecho en su honor. Con su capacidad artística y su amor por los personajes de la serie mexicana, retrató los rostros de Doña Florinda, La Chilindrina y Don Ramón. Incluso hizo un dibujo a lápiz de la madre de Chespirito.
"El primer día, cuando lo esperábamos sentado en su sala, yo sentía que estaba soñando. Cuando lo vi con problemas para caminar, no pensé en el gran actor, yo sólo vi a un señor de una edad avanzada a quien se le dificultaba caminar. Mi reacción fue pararme y ayudarlo a sentarse".
Fábio menciona que hubo momentos muy emotivos durante este encuentro, uno de ellos fue el haber interpretado el piano como un regalo para Roberto. "Mientras yo tocaba, veía como sus ojos se llenaban de lágrimas, mis manos también temblaban de la emoción".
"Fue una sorpresa cuando Chespirito me puso una mano en el hombro y me dijo: 'Gracias Fábio por traerme todos estos detalles, por traerme todo ese cariño. Ojalá que sigas con tu arte, porque eres un artista de los pies a la cabeza. Te he visto tocar, he visto tus dibujos'", recuerda con su voz entrecortada por la emoción.
Y agregó: "Fue una sensación extraña. Al observarlo a él, yo no veía al Chavo o al Chómpiras, o ninguno de los personajes que interpretó. Percibimos que era un señor que estaba enfermo, que necesitaba alegría, que necesitaba atención, y eso fue lo que dimos por unos momentos. Para mí fue como estar con mi abuelo, un hombre de admirar que quería contarme muchas historias".
Enterarse de la muerte de Chespirito significó una inmensa tristeza para él. Asegura que en Brasil todos los días inventaban su muerte por las redes sociales, pero el pasado viernes, cuando anunciaron su fallecimiento, un presentimiento le indicó que esta vez era verdad.
"Se fue un grande de la televisión. Chespirito nos dejó un humor puro, sin connotación sexual, sin trampas, un humor simple pero genial", opinó Fábio.