El mundo se encuentra en una coyuntura crítica en momentos en que se reúnen en Lima los líderes nacionales para la vigésima Conferencia de las Partes en las Conversaciones de Naciones Unidas sobre cambio climático. ¿Conseguirán estos líderes definir exitosamente los próximos pasos necesarios para cristalizar un nuevo convenio global el año venidero en París?
Es mucho lo que está en juego. Cientos de los científicos más destacados del mundo, reunidos por el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, han documentado las causas y los efectos del cambio climático. Los científicos dicen que la mayoría de estos efectos son causados por la actividad humana y sólo empeorarán si no cambiamos de dirección.
Tomados en conjunto, se definen mejor como "perturbación climática". Perú, que alberga más de la mitad de los glaciares tropicales del mundo, enfrenta algunas de las más agudas amenazas a largo plazo. A medida que estos glaciares gradualmente desaparezcan, inicialmente "incrementarán el riesgo de inundaciones y luego reducirán fuertemente los suministros de agua", tal como indicara el Informe Stern en 2006. Tanto granjeros rurales como los pobres urbanos serán perjudicados, y la energía hidroeléctrica se restringirá.
Ciudades importantes como La Paz, en donde los glaciares suministran de 30% a 40% del agua potable, y Quito, donde los glaciares también proveen una porción significativa, podrían no ser capaces de sustentarse por sí mismas en estas condiciones.
Es necesaria una nueva clase de alianza global para evitar estos efectos -particularmente manteniendo los bosques del mundo y transformando los sistemas de energía para favorecer energías renovables y hacer mejor uso de la energía que tenemos.
Esta asociación debe ser encabezada por gobiernos nacionales, pero también debe incluir a la sociedad civil y al mundo de los negocios y las finanzas, para los cuales se presentan grandes oportunidades de nuevas inversiones, emprendimientos, y empleos en la Nueva Economía Climática.
Lo más importante es que debemos empezar con acciones concretas ahora, en el mismo momento en que los negociadores en Lima redactan un nuevo acuerdo para París. No podemos esperar para construir un futuro mejor.