El Proyecto Gracias es una iniciativa del Hospital Arnold Palmer, de Orlando, Florida. Y la protagonista de uno de los videos más emocionantes de YouTube es Kellie Haddock, quien hace diez años vivió el momento más feliz de su vida, acompañado seguidamente del más trágico de todos.
En noviembre de 2004, tanto Kellie como AJ, su marido, se sentían en lo más alto del Universo: Eli había llegado a sus vidas y todo era felicidad. Ambos decidieron registrar en una cámara de video los primeros momentos del bebé recién nacido. Todo era emoción y felicidad. "No puedo esperar ver a AJ como el mejor padre del mundo", se entusiasmaba la joven mujer por aquel entonces.
Pero la vida de los tres integrantes de la familia cambiaría para siempre apenas 14 semanas después. Un trágico accidente automovilístico terminó con la vida de AJ e hirió de gravedad al pequeño Eli. Su marido murió en el acto por el tremendo impacto. Ella iba en el automóvil, pero salió ilesa, milagrosamente. Tenía una doble misión que cumplir: salvarle la vida a su pequeño bebé y otra que todavía no sabría que tendría que cumplir diez años después.
Los días posteriores al accidente fueron terribles para Eli y también para su madre, que sufría a la par del recién nacido. Su corazón se detenía y eran frecuentes las convulsiones, según relata Kellie en el video del Proyecto Gracias. "Tenía hemorragias cerebrales", recuerda, ya aliviada, diez años después. Pero los momentos que vivió fueron dignos de una pesadilla. "El doctor me dijo 'no se ve bien, si sobrevive, seguramente no pueda caminar o hablar o mostrar emociones", cuenta. Se equivocaron. "¡Es feliz!", dice su madre. Es así, el pequeño Eli se muestra feliz.
Ahora, Kellie no quiere dejar pasar la oportunidad que le planteó Arnold Palmer. Es por eso que accedió y fue a darle las gracias a todas las personas, médicos, enfermeros, personal de urgencia que hicieron posible que el bebé sobreviviera. Sus interlocutores no lo pueden creer: "Nunca nadie me ha dado las gracias. Uno no lo hace para eso", le comenta uno de los médicos que atendieron a su hijo.
A cada uno de ellos, la mujer los invitó a una fiesta. En ella les daría las gracias no sólo en particular y en conjunto como ya lo había hecho, sino que les presentaría a Eli diez años después para que pudieran ver su "obra", y lo que habían logrado esa trágica tarde de 2004.
"Cuando pienso en la cara de Eli, pienso en su sonrisa. Y luego me imagino cómo sería si esa cara no existiera o si se hubiera apagado. Ninguno de nosotros sobreviviendo... o viviendo... juntos", concluyó Kellie en el video, entre lágrimas.