"Sé que no siempre es fácil creer que ser diferente puede ser bueno pero, por experiencia, te puedo decir que vivir la vida con un solo brazo me ha hecho ser una persona más fuerte, y estoy agradecida", escribe Rebekah Marine en su carta de presentación en la web.
Esta joven de 22 años no es sólo una cara bonita. Nació sin su antebrazo derecho, lo que no le ha impedido vencer los estereotipos de la industria de la moda en uno de los mercados más competitivos del mundo: Estados Unidos. "Cada día-escribe- es una oportunidad para inspirar a alguien. Así que no tengas miedo de ser tú mismo y demostrar al mundo que puede hacer cualquier cosa que se te pase por la mente".
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La joven se armó de coraje y decidió enfrentarse a una industria detinada a rechazarla. Hoy triunfa en Alemania, Los Ángeles, Nueva York y Boston. Antes que ella fueron mujeres de talla "extra grande", como Candice Huffine, o Winnie Harlow, la primera modelo con vitíligo, las jóvenes que abrieron el camino hacia nuevos cánones de belleza.
Rebekah no sólo se dedica a las pasarelas. Además de ser oradora motiavacional, trabaja para Models of Diversity, un grupo que ayuda a promover la carrera de las chicas que no "encajan" en el mundo de la moda, y en "Lucky Fin Project", una entidad sin ánimo de lucro que ayuda a personas en su misma situación.
"Deberíamos abrazarnos y celebrar la singularidad que no se ajusta a lo que los medios de comunicación creen que es hermoso", dice la joven, optimista.