El divorcio entre la dirigencia y la sociedad, la deslegitimación del poder judicial, la perversión del concepto de culpa, la confusión de autoridad con autoritarismo, la anomia generalizada que destruye la República: fueron algunos de los elementos del diagnóstico. Y entre las propuestas: la necesidad de reinstitucionalizar el país, librar la batalla cultural contra un "ideario invertido de víctima y victimario", respaldar a las víctimas que el Estado desampara, interpelar a los futuros candidatos y darle continuidad a la iniciativa de este foro.
Inteligencias de diversas disciplinas unidas contra el desamparo en que un Estado corrupto y ausente deja a los argentinos frente a la inseguridad
"Yo aspiro a que de estas reuniones salga un punteo que le podamos presentar a los que van a querer nuestro voto, para incidir en la agenda", sintetizó la historiadora Ema Cibotti.
Este encuentro, plural pero apartidario, a modo de una "usina de justicia", tuvo lugar el 27 de noviembre en un local cultural del barrio de Palermo, en la Ciudad de Buenos Aires.
Fue un verdadero desayuno de trabajo, un think tank que reunió inteligencias de diversas disciplinas –derecho, psicoanálisis, psiquiatría, filosofía e historia- unidas por la preocupación ante el desamparo en que un Estado corrupto y ausente deja a los argentinos frente a la inseguridad en todos sus aspectos –criminal, vial, etc- y motivadas por la necesidad de crear herramientas para enfrentar el "catecismo laico y obligatorio" que el "garanto-abolicionismo" ha impuesto en materia penal, y cuyo costo se paga en vidas.
El encuentro, al que también asistió Infobae, se inició con la exposición de 4 panelistas y luego se abrió a la participación de todos los presentes.
La filósofa Diana Cohen Agrest, promotora del encuentro junto a Ema Cibotti, señaló la asimilación de la autoridad al autoritarismo, fruto de la última experiencia histórica, el ideario invertido de víctima y victimario y el divorcio entre la dirigencia –en sentido amplio- y la sociedad que se evidencia con agudeza en la problemática de la inseguridad, la indefensión y la impunidad. También subrayó la "tra?nsversalidad ideológica? del garantoabolicionismo, como lo prueba la composición pluripartidaria de la comisión que elaboró el proyecto del Código Penal"
Existe, dijo, "una reducción de la victimología a las víctimas de la dictadura", y a la vez "un reconocimiento sesgado de víctimas de las ?violencias en democracia": no reciben el mismo trato las víctimas del delito callejero o vial que las de la violencia doméstica o discriminación.
Denunció además la "criminalidad como política de Estado", ya que la corrupción del poder político, más la complicidad de sectores de las Fuerzas de Seguridad, más la impunidad por falta de Justicia configuran una cadena de complicidades.
Cohen Agrest propuso "visibilizar a las víctimas y brindarles herramientas jurídicas, sociales y económicas reparadoras, que desalienten la impunidad", y la creación de "un cuerpo de abogados defensores".
"Se debe reinstitucionalizar el país", fue el llamado del constitucionalista Daniel Sabsay, quien denunció que en estos años se "minó el sistema penal". Pidió "volver a las bases del sistema liberal en materia penal".
"Hay un catecismo obligatorio y laico del garantoabolicionismo y quien no lo recita no es juez"
"Hay un catecismo, obligatorio y laico, del garantoabolicionismo, y en la Provincia de Buenos Aires no es magistrado quien no lo recita", dijo el fiscal Marcelo Romero, quien expuso en tercer lugar.
Se declaró muy preocupado por el hecho de que haya un nuevo rótulo, como alguna vez fue el de hereje, ahora es el de "facho"; un rótulo que paraliza, impide pensar. "Hay magistrados que deciden contra el sentido común –dijo-. ¿Son corruptos? No. Son personas honorables, pero imbuidas de esta doctrina. Éste es un motivo de gran preocupación".
"Esta reunión es una luz -agregó Romero-, pero el camino es arduo". Señaló una degradación del lenguaje por el cual el poder judicial, un poder del Estado, es reducido a la categoría de "agencia", y el menor delincuente es "un niño en conflicto con el sistema penal".
"Un fiscal abolicionista es como un sacerdote ateo –ironizó el fiscal-. No cree en lo que debe aplicar. Un absurdo. No tenemos explicación para la comunidad que nos sostiene y paga nuestros sueldos. Estamos obrando contra el sentido común".
Propuso empezar por el último eslabón: la cárcel, "para que el que entre como ladrón no salga homicida, que deje de ser un posgrado del delito". "Si le podemos restringir la libertad a un detenido, ¿cómo no vamos a poder restringirle el derecho a la vagancia? El preso debe trabajar. Estudiar. Aprender un oficio. Enseñárselo a otros" concluyó.
El doctor Ricardo Risso, médico psiquiatra forense y psicoanalista hizo una interesante exposición del trasfondo ideológico del ultragarantismo. "Este neomarxismo –en el sentido de que siguen pensando que hay lucha de clases- considera que a los ganadores de la lucha de clases, la ley nunca les echará el guante. La agencia judicial y policial sólo alcanzan a los perdedores de esa lucha. Es decir que el derecho penal selecciona a sus objetos, a quiénes va a detener. Y un derecho que selecciona sobre quien caer, ha perdido su ética. Para recuperar su ética el derecho penal debe hacer lo mismo sobre ganadores y perdedores: si no le puede echar el guante al ganador, no deberá echarle el guante al perdedor". De este modo se deslegitima el castigo.
"Lacan no exime ni por edad ni por locura al sujeto de la responsabilidad"
En el debate posterior, hubo otras interesantes aportaciones. Por caso, los psicoanalistas presentes señalaron con ironía que los juzgados parecen haberse convertido en consultorios psicológicos pero que parten de una idea equivocada porque "Lacan no exime ni por edad ni por locura al sujeto de la responsabilidad". En la vida no sólo hay neuróticos o locos, también hay canallas. La ley es la introducción de un no, de un límite. "Los psicoanalistas tenemos pruebas de los efectos nefastos que tiene para un sujeto no ser sancionado", dijeron. Pero estamos en una crisis de autoridad y aparecen las medidas alternativas a la ley que generan otro tipo de subjetividad porque no es lo mismo cuando el límite viene del otro, que cuando hay un arreglo entre las partes.
El psicoanálisis no es abolicionista, sentenciaron.
Los elementos psicoanalíticos también estuvieron presentes en otros comentarios como cuando se señaló que la política está mucho más influida por la psicología de cada persona de lo que se cree. Por caso, muchos promotores del garantoabolicionismo cargan la culpa de lo que no hicieron en tiempos de dictadura y trasladan ese sentimiento al Estado actual que no es de facto, sino de derecho. Por eso en las facultades se enseña hoy a los estudiantes de derecho que su rol es limitar el poder punitivo del Estado, como si éste fuera ilegítimo.
El fiscal Ricardo Sáenz, flamante vicepresidente de la Asociación de Magistrados, la principal entidad de jueces del país, subrayó que la cuestión del lenguaje no es menor porque "genera autocensura en la gente". "Llamemos a la gente a que no se autocensure: no nos dejemos llamar fachos. Mucha gente piensa como nosotros". Y, como signo de hasta dónde ha ido el relato, dijo: "Muchos chicos creen que la dictadura llegó hasta el 2003".
"El valor más absoluto que tenemos que custodiar es la vida"
"El valor más absoluto que tenemos que custodiar es la vida", dijo Alejandro Fargossi, ex integrante del Consejo de la Magistratura. "La batalla cultural está ganada por ellos, pero dejará de estarlo cuando recuperemos una cantidad de valores",, agregó. El desafío es encarar esa batalla cultural, para lo cual propuso transmitir esos valores de manera simple y consideró que los análisis del sistema penal deben ser multidisciplinarios. También sugirió repetir esta reunión en poco tiempo.
La periodista y licenciada en Ciencias Políticas Maria Zaldívar, lamentó que las ideas vayan por un lado y la política por otro. "Pensemos en la necesidad de influir políticamente. Si no, estos foros quedan solo en eso, en satélites al costado de la política. Pensemos la manera de influir, de empujar la puerta política".
Participaron también del encuentro y del debate Marcela Dalverme, psicoanalista; el ex oficial de policía Juan Carlos Ojeda; Martín Etchegoyen Lynch, ex fiscal de San Isidro y experto en seguridad ;el ex juez Oscar Salvi, profesor emérito de la UBA; Ricardo Low, médico; el juez Roberto Spratt y el abogado Héctor Méndez de Leo, quien exhortó a mantener el proyecto y acrecentar el grupo, y plantear ideas concretas para pasar luego cuanto antes al plano operativo.
También estuvieron presentes familiares de víctimas; entre otros, los padres de Soledad Bargna, quienes destacaron el logro de haber podido llevar al Consejo de la Magistratura al juez Axel López, quien excarceló al delincuente reincidente que asesinó a su hija. "Creemos que un ciudadano común puede hacer cosas, pero solo después de la tragedia", lamentó Guillermo Bargna.
El cierre de la reunión estuvo a cargo del escritor Marcos Aguinis: "Esto debe continuar –dijo-. La sociedad lo necesita. Se ha incorporado la anomia en la Argentina. Se está destruyendo la República. La civilización implica poner límites a las pulsiones violentas que tenemos los seres humanos".
Siguiendo la voluntad de todos los presentes, habrá una nueva reunión antes de fin de año.
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