El derrumbe del crudo desde mediados de junio, que lo ha situado en torno a los 80 dólares el barril, es un problema para muchos países productores, que necesitan mayores ingresos para financiar su gasto público.
"Muchos países productores prevén precios de equilibrio presupuestario muy por encima del precio actual del petróleo. Si bien eso no convierte la producción de petróleo en algo no rentable, podría tener un impacto negativo en la estabilidad social, y por lo tanto afectar indirectamente a las perspectivas producción", avisó la Agencia Internacional de Energía (AIE) en su último informe mensual.
VENEZUELA: el país caribeño obtiene el 96% de sus divisas de las exportaciones de crudo. Cada vez que el precio del barril baja un dólar, el país ingresa unos 720 millones de dólares menos al año, según cálculos de Barclays. El proyecto de presupuesto 2015, recién presentado, está calculado sobre un precio del barril relativamente bajo (60 dólares) pero según los analistas el precio-equilibrio estaría muy por encima de los 100 dólares.
ECUADOR: en su proyecto de presupuesto 2015, Ecuador cuenta con un precio promedio del barril de petróleo de 79,7 dólares, una estimación más baja que en sus cuentas de 2014 (86,4 dólares) que ha sido cuestionada por la oposición. Según el ex ministro de Energía René Ortiz, el país necesita que el barril esté a 80 dólares para equilibrar las cuentas.
RUSIA: el oro negro representa la mitad de los ingresos fiscales y el presupuesto de 2015 se construyó sobre un precio del petróleo proyectado en 96 dólares. Los economistas del banco Alfa de Rusia estimaron recientemente que una caída de 10 dólares por barril cuesta 10.000 millones de dólares al presupuesto federal de Rusia y el 0,4% del producto interior bruto del país.
IRÁN: el presupuesto iraní para el actual año fiscal (iniciado en marzo de 2014) se calculó con un precio de 100 dólares por barril.
NIGERIA: el oro negro supone el 70% de los ingresos del gobierno, que rebajó el precio de referencia de los presupuestos 2015 de 78 dólares a 73.
ARGELIA: calcula su presupuesto sobre la base de un barril a 37 dólares. El excedente va a un fondo de ingresos reglamentarios que financian el déficit y todos los programas especiales del gobierno. Pero según el exministro de Finanzas, Karim Djoudi, para financiar el gasto público se necesita un barril a 110 dólares.
ARABIA SAUDITA: "Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos tienen el precio de equilibrio mucho más bajo que la mayoría de la OPEP", lo que los que hace más capaces de soportar un declive prolongado de los precios, destacó Commerzbank en una nota reciente.
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Reunión de la OPEP
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) mantendrá esta semana en Viena su reunión más importante de los últimos años, apremiada por la caída de los precios del petróleo que atiza las divisiones entre partidarios de un recorte de producción y defensores del statu quo.
A pesar de las tormentas geopolíticas, el precio del barril parecía estabilizado en los últimos tres años en torno a los 100 dólares.
Pero a mediados de junio el crudo comenzó una caída casi ininterrumpida como consecuencia del aumento de la extracción de petróleo de esquisto en Estados Unidos, principal consumidor mundial, y de la desaceleración económica mundial.
La cotización del barril de Brent del Mar del Norte en Londres, principal barómetro del mercado petrolero, se desplomó hasta los 77,92 dolares el 13 de noviembre, una pérdida de 32% en apenas cinco meses.
Se trata del descenso de precios más fuerte registrado en el sector desde el cataclismo de 2008, cuando el petróleo se hundió tras haber alcanzado un récord histórico de 150 dólares el barril.
En este contexto, los ministros de los 12 Estados miembros de la OPEP se reunirán el jueves en la capital austriaca para revisar techo colectivo de producción, fijado desde hace tres años en 30 millones de barriles diarios, que representan casi un tercio del crudo extraído a diario en todo el mundo.
Esta caída tiene una influencia muy negativa sobre los ingresos de los países de la OPEP y algunos, empezando por Venezuela, apremian al resto a reducir la producción, con la esperanza de estabilizar la caída o incluso hacer subir los precios.
Venezuela, que vive una situación financiera delicada, es muy dependiente de los ingresos petroleros y su presidente, Nicolás Maduro, pidió este semana una "reunión especial" de los países miembros de la OPEP y de otros países petroleros para tomar decisiones.
En Irán, el ministro del Petróleo iraní, Bijan Namdar Zanganeh, también pide medidas para atajar la caída de precios. "Es difícil volver a los precios anteriores, pero hay que intentar mejorarlos", resumió tras una entrevista con el canciller venezolano Rafael Ramírez.
Fuera de la OPEP, otro gran exportador, Rusia, aseguró el viernes que también está estudiando la posibilidad de bajar su producción.
Sin embargo Arabia Saudita, un país muy influyente que produce un tercio del crudo de la OPEP y ha sido en los últimos años el principal defensor del statu quo, parece indiferente a estas preocupaciones.
Numerosos observadores sospechan que Arabia Saudita es en realidad favorable a la caída de los precios para intentar frenar la producción de petróleo de esquisto en Estados Unidos, una industria que necesita precios altos para ser rentable. Otros aseguran que se trata de una guerra por las cuotas de mercado dentro de la OPEP.
Tras meses de silencio, el ministro saudita del petróleo, Ali Al Naimi, rechazó la teoría de la "guerra de precios" y calificó de "conjeturas grotescas e inexactas" un cambio de estrategia de su país, aunque no aclaró qué posición defenderá en Viena.
Por eso la cuestión crucial de la cumbre del jueves es si Arabia Saudita cederá o no a los llamamientos para reducir la cuota de producción.
Los pronósticos están muy abiertos, aunque la salida más probable parece ser el mantenimiento del statu quo por falta de consenso.
Mohamed Suror al Saban, que hasta 2013 fue consejero del ministro del Petróleo saudí, pronostica que se mantendrá el techo de producción aunque admite que esta reunión es "la más difícil" de la OPEP en años.
Incluso si la OPEP bajara su cuota "no es seguro que su producción baje efectivamente", porque muchas veces el techo de producción no se respeta, explica Tim Pugh, del gabinete Capital Economics.