Zeid Ra'ad Al Hussein, príncipe jordano y el primer encargado de derechos humanos en la ONU proveniente del mundo árabe, dijo al Consejo de Seguridad de la ONU que al pedir la formación de un califato, el grupo explota "un deseo general" compartido por muchos musulmanes en el mundo.
Pero aseveró que muchos musulmanes se oponen al grupo terrorista por los delitos que ha cometido al hacer cumplir su ideología, algo que probablemente constituye genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra.
El grupo Estado Islámico ha tomado el control de partes de Siria y después Irak. Una coalición liderada por Estados Unidos ha estado realizando ataques aéreos contra el grupo en esos dos países, pero Zeid cuestionó "si es posible controlar una ideología a bombazos".
Zeid imploró al Consejo de Seguridad que apoye esfuerzos para derrotar esa "ideología de violencia y muerte, por los derechos de todos en Irak". También exhortó al nuevo gobierno iraquí a que se integre a la Corte Penal Internacionales para poder enjuiciar a los líderes del grupo terrorista.
Zeid dijo que es muy preocupante que haya habido "muy pocas, si acaso alguna, manifestación en los mundos árabe y musulmán contra los delitos cometidos en Irak por el Estado Islámico, a pesar de las condenas de muchos gobiernos árabes e islámicos.
Se llaman Maxime, Hélène o David, son jóvenes comunes que se convirtieron al islam y optaron por el yihadismo, provocando el desconcierto e incomprensión de la sociedad francesa.
"No se fue para hacer daño", afirma René, vecino y amigo de los padres de Maxime Hauchard, el francés identificado como uno de los verdugos del grupo Estado Islámico que decapitaron el fin de semana pasado a cerca de 20 prisioneros sirios.