que retornó el pasado 4 de agosto
y dejó como resultado un muerto. La confusión, al inicio, fue total: ¿
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Pero serían los propios terroristas de Hamas quienes se encargarían de responder todas las dudas.
"Todo aquel que no mata a decenas de judíos no es palestino", señaló Faouzi Barthoum, vocero de la banda fundamentalista. El jerarca llamó a utilizar "armas, palos, cuchillos y automóviles" para "matar y pisar a los sionistas". Las palabras de Barthoum se dieron al mismo tiempo que dos atentados de este tipo tuvieron lugar en tierra israelí: el del tractor y el de un palestino que disparó a un policía debajo de un puente en las cercanías de la Universidad de Jerusalén.
El llamado de Hamas estaba claro. Incitaba a sus fanáticos a cometer todo tipo de ataque terrorista para "vengar la sangre de Gaza" y los desafiaba: sino cometían este tipo de atentados no merecían llamarse "palestinos". Y logró el resultado esperado.
El del tractor no fue el único atentado que sufrió Jerusalén y Tel Aviv hasta la fecha: el de hoy constituye el más brutal de una larga cadena de ataques con esta sangrienta y rudimentaria modalidad. "Son lobos solitarios", advirtió hoy el jefe máximo de la policía israelí, el comisionado Yochanan Danino. El oficial también le pidió a la sociedad civil estar atentos: "No hay soluciones mágicas para incidentes como estos".
Y aunque el sistema utilizado no es novedoso, lo cierto es que desde la fatídica excavadora hasta hoy, se multiplicaron los ataques terroristas que implicaron a palestinos que actúan por aparente propia voluntad, sin responder a mandos superiores, sino a su propio plan suicida. Sin embargo, en casi todos los casos grupos fundamentalistas se arrojan la autoría. Hoy, las Brigadas Abu Alí Mustafá se hicieron cargo de los ataques. Este grupo terrorista es el brazo armado de Frente Popular para la Liberación de Palestina y mantienen lazos con Hezbollah.
En el último mes ya son diez los israelíes asesinados a manos de terroristas palestinos. Y la cifra estremece: las víctimas por atentados suman más que en los últimos dos años.
El 22 de octubre la modalidad implicó aquella vez un automovilista que utilizó su vehículo como un arma mortal en una estación de tranvía en el barrio de Shoafat, en el límite este de Jerusalén. Ese día una bebé de tres meses murió como consecuencia de las graves heridas. Hamas también celebró y aprovechó para recordar a sus extremistas su función. El pueblo israelí y su gobierno se conmovieron.
Los ataques crecieron. Luego del asesinato de la pequeña, Hamas y sus "lobos solitarios" continuaron. El 5 de noviembre un conductor atropelló a 15 peatones en Zaks Square: un muerto. Horas después, otro vehículo con matrícula palestina atropellaba a tres uniformados que resultaron heridos de gravedad. La modalidad se extendió durante los últimos 30 días de forma alarmante, con víctimas mortales en la mayoría de los casos.
"Es muy difícil saber de antemano todos los incidentes de este tipo, por lo tanto, es nuestro trabajo hacer todo lo que podamos como fuerzas de seguridad con el fin de recobrar la seguridad", concluyó Danino.