Norman Rowe es el único médico que practica este procedimiento en los Estados Unidos, pero ya se ha vuelto tan conocido que hasta la señal ABC News hizo todo un reportaje sobre "las bondades" de esta práctica.
El médico asegura que este procedimiento es "completamente inofensivo", ya que la solución se encuentra de forma natural en la sangre. La inyección, que cuesta 2.500 dólares, se coloca en el tejido mamario y no como los implantes, que van detrás del músculo del pecho.
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Según Rowe, es ideal para un evento social, como un casamiento. Es que el efecto hace que el paciente vivencie la diferencia, algo imposible con un aplique en el vestido. El tamaño, la forma y el peso se modifica, por lo que podría tomarse como un paso previo a someterse a una operación de implante mamario tradicional.
"Puedes usar imágenes en 3D y poner implantes en los corpiños, pero es otra cosa ver cómo se siente el peso y cómo será vivir con los nuevos pechos", afirmó el médico.
"24 horas es genial, pero sólo son 24 horas", se lamenta el doctor, que ya está trabajando en unas inyecciones que duren más tiempo.