Ayer, el módulo Philae Lander "aterrizó" con éxito sobre el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko –a más de 500 millones de kilómetros de la Tierra– tras abandonar la sonda no tripulada Rosetta, que inició su travesía hace una década con el objetivo de estudiar esos cuerpos celestes.
El contacto espacial se produjo tras 6.400 millones de kilómetros de recorrido interplanetario y un viaje espacial que comenzó en marzo de 2004. La sonda atravesó un período de hibernación (de casi tres años) que le permitió ahorrar energía antes de ser "despertada" nuevamente desde la Tierra al aproximarse a su meta.
La Agencia Espacial Europea (ESA), al frente del proyecto, celebró el logro, al que calificó como "un gran paso para la civilización humana". Ahora, el Philae Lander se dedicará a recoger datos sobre el 67P y estudiar su evolución.
Desde una estación de seguimiento de la ESA, ubicada en Malargüe, en Mendoza, un grupo de especialistas argentinos participó de la misión haciendo el seguimiento del "acometaje".
"Nosotros fuimos la estación principal que estableció las comunicaciones con Rosetta en el momento del acometaje del Philae en el 67P", explicó Diego Pazos en diálogo con el canal de noticias TN, quien agregó que la NASA en los Estados Unidos y Europa "fueron respaldo de esta estación".
"Nosotros, durante una parte del día, somos la estación principal y la segunda estación principal es la que está en Australia, con la cual se da cobertura a Rosetta cuando no tenemos visibilidad desde Argentina", explicó.
Pazos destacó la importancia de la misión Rosetta, en especial el "desafío técnico" que implicó para la Agencia Espacial Europea, es decir, "el de emprender un viaje de tantos años, 10, apagar una sonda y encenderla y que esté en el lugar que tiene que estar, lograr orbitar el cometa y, como punto final, acometarlo, poder posarse sobre el mismo, que fue lo que sucedió ayer", sostuvo.
El ingeniero detalló que tras un acometaje inestable, el Philae se acomodó de modo de ubicarse en una posición correcta. El módulo puede hacer análisis de suelo y estudios de campos magnéticos, además de otros estudios específicos, y pasará los próximos tres o cuatro meses estudiando el 67P.
"Nosotros somos algunos de todos los argentinos que trabajan en el proyecto. La Agencia Espacial Europea tiene muchísimos empleados en todo el mundo", continuó y añadió: "Nosotros trabajamos para una empresa, Telespazio Argentina, que es la que hace los servicios de mantenimiento y operación de esta estación, pero además participan la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, el Ministerio de Planificación y Arsat, que nos provee las comunicaciones con Buenos Aires".
Juan Pablo Galera, otro de los ingenieros responsables del seguimiento de la misión, señaló que fue un momento "muy emocionante" cuando supieron que el Philae había logrado posarse exitosamente sobre el cometa.