Agustina Kämpfer: "Las cosas con Amado fueron cambiando y hoy no estamos juntos, se terminó"

En diálogo íntimo con Santiago Del Moro, la periodista dio detalles de su ruptura con el vicepresidente Amado Boudou tras 5 años de noviazgo. Además, contó cómo es Cristina Kirchner en la intimidad, recordó el incidente con Martín Redrado y "desdramatizó" sus fotos hot

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 Nicolás Stulberg 162
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-Agustina Kämpfer, ¿de dónde venís vos?

Nací en el seno de una familia normal, clase media. Soy la del medio de tres hermanas mujeres. Tengo muchos clichés de la hermana del medio, muchos. La que no es la más grande y tiene todos esos recursos de la mayor, ni la bebé de la casa. Nací en Belgrano, viví ahí casi toda mi vida, aquí en Capital. Estudié en una escuela pública, en el Lenguas Vivas, después estudié periodismo...

-¿Fuiste una joven rebelde, una chica de ir al frente, de decir lo que pensaba, bardera, o más bien tímida?

Sí, fui bastante petardista toda mi vida. Bastante contestataria. Te diría que en realidad no responde a una rebeldía sino más bien a una curiosidad constante que tuve toda mi vida y que sigo teniendo, es algo que está en mi sangre. Es algo que no lo puedo evitar ni lo quiero evitar. A mí la curiosidad me hace sentir viva, creo que probablemente sea uno de los motivos por los cuales elegí esta profesión, y te hace sentir la vida un poco más intensamente. Soy bastante intensita, digamos. Después con la madurez y mucho más lejos del petardismo adolescente, uno aprende día a día a manejar esas cuestiones con la... No sé, intentando por ahí. La agresión a veces viene muy de la mano del petardismo. Cuando uno viene muy loco y va muy al frente.

-¿Pero sos de herir, de pegar, de insultar, de ir al frente?

No, para nada. Pero a veces uno en este afán de ser uno mismo, y de ir, y de ir, y de cabalgar, puede cometer mucho errores. Cuando no, también; de otro tipo, probablemente. Pero bueno en la madurez probablemente entiende mejor la traducción de esa forma de ser.

-Se te ve muy sexual. ¿Es así?

Y... soy una mujer joven, y me parece que tal vez en mayor o menor medida la sexualidad es uno de los pilares que tienen que estar funcionando bien o más o menos bien en cualquier pareja para que todo esté bueno, ¿no? Me parece que cuando eso empieza a fallar significa que tal vez antes muchas otras cosas fallan. Pero sí, ¿qué te puedo decir?

-Pienso en las fotos tuyas que se publicaron, en realidad que te sacaste hace muchos años, pero se dieron a conocer poco tiempo atrás...

Claro, esas fotos estaban publicadas desde hacía un montón de tiempo. La trastienda de cómo llegaron a la luz el día de hoy no la conozco, pero conozco todo lo que me pasó a mí cuando las vi. Yo sabía que en algún momento iban a aparecer. No eran ocultas ni prohibidas, ni tampoco tengo por qué ocultarlas o intentar hacerlo. La verdad es que cuando vi esas fotos en las que comparaban mis tatuajes que se veían en un acto de gobierno con las fotos, los tatuajes en las fotos desnudas, yo me preguntaba ¿para qué están haciendo todo esto? No las pienso negar, no tengo ningún inconveniente.


Santiago Pregunta - Agustina Kampfer - parte 2.mp4

-¿Por qué te sacaste esas fotos? ¿En búsqueda de qué?

No, no estaba buscando nada. Yo nunca fui modelo pero cuando era joven hice varias campañas, hice producciones... La publicidad o el modelaje se paga muy bien, sin necesidad de que seas una profesional. Imaginá, Santi, que es como si hoy, te lo paso al día de hoy, una chica de veinte años que estudia periodismo, por hacerse unas fotos para una casa de ropa chiquita o algo así, le pagan tres mil, cinco mil pesos, por hacerte fotos una tarde. ¡Es espectacular! Y algunas cosas así hice, sí, entre ellas estos desnudos, que yo lo desdramaticé por completo. Después leía los titulares, "las fotos invaden las redes sociales...". Si querés te cuento cómo fue porque es un poco medio como cómico. Yo estaba cenando con unas amigas tipo una y media de la mañana, y un allegado me manda un link a un post en un Facebook que tenía precisamente esta comparación que te acabo de contar. Lo llamo por teléfono a Amado y le digo: "¿estás despierto?". Me dice "No, no. Estoy viendo un partido pero ya me estoy por ir a acostar". Le digo: "¿Sabés qué? No te duermas, porque tengo que ir para allá a contarte una cosita". Y él sabía que estas fotos existían, por supuesto. Bueno, voy, le cuento. Al día siguiente, él no es muy bicho de redes sociales; sí de los portales de noticias. Entonces viene a la mañana con el mate, me despierta y me dice "no te preocupes, no está en ningún lado, no fue nada". Le digo "Es imposible", y empiezo a buscar. Le digo "¿dónde te metiste?, ¿en un sitio nepalí? Está en todos lados". Y se armó como toda una cuestión porque bueno entiendo que tal vez la gente relacionada a la política -y yo que tampoco, vos me decís recién "emanás un perfil sexual" y lo tomo como un halago y lo agradezco, pero nunca fui una mujer de mostrarme físicamente ni con poca ropa. Tal vez se deba más a una cuestión de actitud que a una intencionalidad...

-De actitud tuya, sí. Pero aparte lo que es tu piel, tu mirada, vos tenés... vos sabés que estás buena. Es una pregunta que te estoy haciendo: ¿vos sabés que estás buena o sabés que generás en los hombres algo...?

Yo me gusto. Yo estoy conforme con mi imagen. Como toda mujer argentina, me cambiaría algunas cosas, ¿por qué no? Viste una que una nunca está conforme con absolutamente todo.

-¿Qué cosas no te gustan?

No... es que voy a decir cosas y voy a parecer... Viste que hay mujeres que te dicen "me cambiaría tal cosa" y vos decís "estás loca". Pero bueno, una siempre se quitaría unos centímetros de cintura, se agregaría unos centímetros más de altura, nada grave.

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-¿Lolas?

No. Tal vez en un futuro, si llegara a ser madre, y quedara con las lolas por acá, no tendría ningún inconveniente. Pero a mí me gusta mi teta chica. A mí me gusta usar escotes, me gusta no usar corpiño.

-Hoy te decía de la imagen que vendés, que no vendés, que proyectás, inconscientemente, pero das la imagen de una mujer pasional, visceral y brava.

Lo soy.

-¿Sos brava? ¿Sos de gritar? Cuando algo no te gusta, ¿sos de poner los puntos con un grito? ¿Sos una mujer de reacciones violentas?

De reacciones violentas, no. Mirá, Santi, yo tengo un camino hecho de meditación desde hace muchos años y cuando me pregunto por qué lo habré tomado, más allá de un instinto personal, hay veces que uno va por donde va, sin pensarlo, hay una guía que no se puede ni tocar ni describir. Pero después, reflexionando, entendí que yo necesitaba por ahí no convertirme en otra persona, porque no quiero eso, si no ser la mejor versión de mí misma. Ser la mejor Agustina que puedo ser y no otra. Si no soy modosita, no soy modosita; si soy demasiado directa y choca, puedo ser igual de directa y que no choque. Puedo suavizar en los casos en los que sea necesario y puedo potenciar aquello que sea necesario. Por eso durante todos estos años busqué a través de la meditación las herramientas para arrepentirme menos. Porque esta forma que yo tengo de ser a mí no me genera ningún conflicto para conmigo misma. Uno puede entrar en conflicto con cosas que no puede cambiar. Yo insisto en que uno tiene que perfeccionar su unicidad, y no intentar ser menos aquello, menos esto. Perfeccionalo, pero no intentes ser otro. Y sí, sí soy muy intempestiva, soy muy impulsiva, pero hay algo en todo eso que a mí me gusta mucho, sí.

-Hoy hablabas de tus pechos y nombraste la palabra ser madre, nombraste la maternidad. ¿Por qué no fuiste mamá habiendo estado tantos años con un hombre al cual supongo que amabas o amás?

Sí, por supuesto. Lo quiero muchísimo, Amado está en mi corazón. Sí, por supuesto. Lo pensamos muchas veces. Lo hablamos en algunos momentos con mayor profundidad, en otros con menor profundidad, pero siempre de una manera muy adulta, muy responsable, quisimos esperar un momento de mayor calma en nuestras vidas. Nuestra relación de cinco años se basó en una vorágine, en una intensidad importante. Durante mucho tiempo buscamos un tiempo de calma para poder proyectar una vida familiar. Y la verdad es que nos ganó el tiempo. La verdad es esa: en la intención de buscar esa paz, en vez de un hijo vino una separación.

-¿Y por qué te separaste?

Amado está en mi corazón, con respecto a la pregunta que vos me hacías antes de si lo amás, si lo querés. Amado está en mi corazón. Hoy nos une un amor enorme, eterno e intocable. Pero las cosas fueron cambiando y hoy no estamos juntos. Nuestro amor mutó en otro tipo de amor, muy respetuoso, muy fraternal, muy importante para los dos, pero se terminó. En cinco años nos pasaron muchas cosas. La gran mayoría de las cosas que nos pasaron son cosas que le pasan a cualquiera, y algunas otras son cosas que no le pasan a nadie. Nos pasaron muchas cosas buenas, otras malas, pero todas muy intensas, todo el tiempo.

-¿Como cuáles?

En cinco años podría decirte de todo. De las buenas y de las malas. La vida política de Amado... Yo lo conocí cuando él era director de Anses. Inmediatamente, a los dos meses o menos él asumió como ministro de Economía, y enseguida se convirtió en vicepresidente. Esos son acontecimientos únicos de la vida que te traen mucha intensidad, para bien o para mal. Después podés hacer todas las lecturas que quieras, pero sacuden un poco la vida cotidiana, no son cotidianas. Y cosas buenas nos pasaron muchísimas. Tenemos una historia de amor que emocionalmente nos enriqueció muchísimo a los dos. Hubo un intercambio de vida entre Amado y yo que no salimos de esta relación de la misma manera en la que entramos, para nada. Somos dos personas creo yo que mejores que en aquel momento.

-¿Cuál fue el motivo? El día que te dijo o le dijiste "ya está, me voy, esto no tiene salida, no va más"...

Mirá Santi, yo jamás le echaría a nadie o a nada del afuera la culpa de lo que me pasa adentro. No creo en eso. Me parece excusas pobres y que sólo te hacen perder el tiempo y no llegar a la verdadera respuesta, que siempre está dentro tuyo. Sin embargo, y no es por echarle la culpa a la política, para nada, porque los problemas nuestros eran nuestros, pero la política te pide que le des la vida. Es como un niño, como un hijo, que te pide todo, todo el tiempo, y a cambio te da lo que te da. Y en esa intensidad, en esa vorágine, nosotros lamentablemente no pudimos encontrar el espacio para solucionar algunas cuestiones que nos pasaban como pareja. No lo hubo. Y cuando todo estaba bien, no había ningún problema en que la vida de él, y tal vez por transitiva un poco la mía, estuviera tomada por todos los acontecimientos de orden político. Pero cuando todo se empezó a fragmentar y empezaron a aparecer algunas fisuras, no pudimos parar la pelota y encontrar, valga la redundancia, un punto de encuentro.

-Pero vos, estando con una persona como Amado Boudou, que en este momento está en el banquillo de los acusados, desde hace un tiempo ya, ¿cómo era levantarte, imagino la situación cotidiana de la pareja, traer los diarios a la cama para tomar mate -situación que vos contabas-, y ves que en las primeras planas de todos los diarios está la imagen de tu ser amado vinculado con casos deplorables?

Era fuerte y en el último tiempo... Bueno, no, en el último tiempo no, te diría que desde el principio, a mí me generaba también angustia en lo personal y también en lo profesional, porque yo soy periodista, y no quiero entrar en detalles de operaciones políticas y otras cuestiones porque entiendo que este tipo de entrevistas van por otro lugar, pero también me sentía un poco involucrada a nivel profesional y porque en muchas ocasiones yo trabajé codo a codo con las personas que están en el periodismo tratando éste y otros temas. En muchas casos hay periodistas especializados y en otros están los todo terreno, que es el rango al que yo pertenezco, que un día hacen este caso y otro día están en el zoológico cubriendo la jirafa que acaba de llegar y mañana están en la temporada de Mar del Plata. Sí, por supuesto. Eran situaciones tensas, angustiantes, pero que... ¿sabés qué?, nos unían muchísimo. La adversidad en mi pareja funcionó no como una fuerza de choque sino como una fuerza de unión. Es como si simbólicamente yo a Amado le agarraba la mano fuerte y le decía "yo no te voy a soltar; yo estoy acá con vos, yo te elegí como compañero, me elegiste vos a mí también en las buenas, y en las malas acá estamos". Y eso fue una experiencia de vida para mí de un aprendizaje que ninguna otra situación me lo hubiera dado jamás.

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-¿Qué edad tenías cuando Cristina te llama, que estabas con Amado Boudou, recuerdo esa imagen, en un escenario, que Cristina te dice "vení, subí, Agus"?

No, "subí, linda, subí" me dijo. Yo estaba debajo, en el lateral, y me agarró un páni... me agarró mucha timidez.

-¿Pero cuántos años tenías porque a una piba de veintipico no le pasa?

Sí, sí, tenía 28 o 29 años.

-Muy joven... Que te estén llamando desde el escenario. Me imagino el nivel de exposición y lo que te pasa en la cabeza. Una piba que venía de trabajar en un medio, la típica chica de clase media, un poco bardera, la hermana del medio, con todos mambos y conflictos que por ahí tienen los hermanos del medio, pero una chica de barrio como eras vos... ¿Cómo pasaste de eso a encontrarte codo a codo con una primer mandataria? ¿No se te volaron un poco los patos?

No, jamás. Jamás. Sí, claro, fue un evento de mi vida, por supuesto, pero también aquellas personas son personas muy espontáneas, naturales, ¿y sabés qué?, creo que lo más importante es que son personas amorosas. Y yo conocí de todas estas personalidades un costado muy cálido, muy humano.

-El que no conocemos nosotros, el costado humano de los políticos.

Ehm... Bueno, tal vez cuando digo humano me refiero a lo más cotidiano. No por convivir, porque tampoco es que nos juntábamos a tomar mate y mirar series, pero Cristina llamaba a mi casa para desear felices fiestas, para algún cumpleaños.

-¿Hablabas con ella vos?

En algunas oportunidades, sí. En realidad, por lo general, cuando llamaba, llama su secretario, y luego habla ella.

-¿Y cómo era el trato con vos?

Ella es muy maternal, muy maternal. Y siempre tuvo mucha calidez y mucho respeto conmigo. Yo hacia ella, ni hablar, pero a veces me sorprendía que entre las quichimil ocupaciones que tiene una presidenta se tome tal vez el detalle de, no sé... Amado iba a una reunión en Olivos y ella me mandaba unos chocolates. Yo también a través de Amado a veces le mandaba algo. Cuando murió Néstor le escribí una carta, ella me la agradeció muchísimo. Pero ¿sabés qué? Era porque lo sentía, no era porque lo tenía que hacer. Yo admiro muchas cosas de ella como mujer, y sentía ese vínculo de... Sos una mujer ante todo para mí. Y a partir de ahí, bueno, sí, la investidura es la investidura, y ella es la presidenta, pero la ves ahí en búnker, comiendo un sandwichito, con sus hijos, tan familiar, haciendo chistes, descontracturada... Yo no sé qué opinaría de Cristina si no la hubiera conocido -no lo sé ni me interesa-. La conocí así, conocí ese costado, y entre todas las cuestiones tal vez políticas y de público conocimiento por las cuales la admiro, también la admiro por eso, un montón.

-Te veo hablando y pienso cómo vas a hacer para volver a tu profesión porque sos una profesional pero no vas a dejar de ser nunca la ex mujer de Amado Boudou. ¿Cómo vas a hacer con esos prejuicios?

Bueno tengo que corregirte el volver, porque yo nunca me fui.

-¿No te fuiste?

No. Yo dirijo mi revista, que me apasiona porque me apasiona la gráfica. Yo soy bicho de redacción, completamente. Para cualquier periodista tener un medio propio es un sueño por más que sea muy chiquito como lo es Minga, pero hasta hace poco estaba haciendo también radio, televisión, conduciendo un noticiero... Vos y yo nos cruzábamos en los pasillos cuando yo estaba en Mega y vos en POP, que continuás, claro...

-Ahí te recuerdo, vos eras una chica que venías en ascenso. Estabas trabajando en C5N, tenías tu programa de radio, estuviste trabajando con Roberto Pettinato... De hecho, recuerdo el episodio con Redrado, no sé si querés decir algo al respecto...

No tengo nada que decir.

-¿Te arrepentís de algo que dijiste, de lo que pasó? Sé que terminó en una instancia legal eso.

Terminamos en una conciliación. Creo que algunas periodistas tal vez deberían conversar cinco minutos con una persona que haya hecho una hora de derecho, porque no fuimos a juicio, no hubo nada. Fue una conciliación que...

-¿Hubo un pago de cincuenta mil pesos?

Pero no se lo hice yo, se lo hizo el canal América. Él me dijo: "vos pedime disculpas y que América me pague cincuenta mil pesos". ¡Bueno! ¡Pero claro! Yo realmente nunca pensé que para él lo que yo dijera en esos términos jocosos, en un programa lúdico, de entretenimiento, le iba a hacer tanto daño, o le iba a importar tanto. Para mí fue algo...

-Pero eras la mujer de Amado Boudou, ese era el punto.

Buenos. Yo soy Agustina para mí, y siempre lo fui. Y eso nadie lo puede negar. Más allá de que yo, y esto no me molesta para nada, yo entiendo que tomé un estado público dimensionado a través de estar en pareja con un hombre con una alta exposición mediática, pero a mí el afuera no me dice quién soy, Santi. Yo soy yo, al margen de lo que me suceda. Después puedo reaccionar según lo que me pase afuera me puede traer información, me puede traer aprendizaje, puedo crecer a través de lo que vivo. Pero yo no soy lo que me pasa, yo soy yo, y soy la misma antes de conocerlo, durante los cinco años de relación, y ahora también.

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-¿Cuánto tiempo hace que no están juntos?

Un tiempo corto.

-¿Te diste el permiso para salir a tomar algo con otro hombre o a tener una salida, a cenar, al cine?

Prefiero ser muy cuidadosa, y muy respetuosa de los tiempos.

-Sabés que se va a venir la foto...

Y... sería muy irrespetuoso de mi parte, de no haber hecho esto público, dejarme fotografiar con alguien. Yo a Amado lo respeto eternamente. Y como te dije antes, hay un afecto entre él y yo que no se toca. Esto cambió, nuestro amor se transformó, el vínculo se transformó, pero yo estoy para él, de todas formas.

-Es que te veo tan enamorada y tan comprometida con él que me pregunto, y seguramente la gente se va a preguntar, por qué no están juntos...

Es que tiene que ver con mi forma de ser. Yo no...

-¿No te bancás el momento tan difícil?

No, Santiago. Este momento empezó hace mucho tiempo, y yo estuve al lado de él como un soldado. Y la única persona que me importa que lo sepa es él, y él lo tiene muy claro. Nos miramos a los ojos y sé que él lo sabe, y a su manera me lo agradeció muchas veces.

-¿Creés que es inocente de todo lo que se lo acusa?

Creo que la Justicia lo va a demostrar, tarde o temprano. Uno cree en la Justicia porque quiere y porque debe, y yo quisiera que todo esto fuera lo más rápido posible, ¿no? Hoy por hoy, esto no es una opinión mía: casos como éste pueden durar quince años, doce años, diez, veinte, lo que sea.

-Pero sin estar procesado, ¿ustedes hubiesen seguido juntos? ¿Pensás que todo esto de los últimos meses fue demasiada presión para vos?

Lo que te voy a contar puede llegar a parecer un poco contradictorio, pero a nosotros, como te dije antes, la adversidad nos unió mucho, y creo que tal vez si nada de esto hubiera pasado, nos hubiésemos separado antes. Al contrario. Está bien, esto continúa, no se resolvió todavía, pero en los peores momentos yo estuve. Eso soy yo. Yo no soy otra. Y como te decía antes: esto de ser la mejor versión de mí misma. Bueno, la vida me puso a prueba, ¿no?, porque muchos escuchamos en muchas ocasiones "yo estoy cuando me necesitan", "voy a estar siempre", y a la primera de cambio, chau. Y yo estuve en las malas y las malas fueron muy malas, de verdad. Fue duro, fue muy difícil. Pero yo conozco también, así como te contaba del lado más maternal de la presidenta, también conozco la vulnerabilidad de Amado, su cotideaneidad.

-¿Cómo es él más allá del tipo político que todos vemos en los actos?

Es una persona muy espontánea. Muy sensible. Amado es músico también... los músicos tienen esa sensibilidad a flor de piel constantemente. Es casero, es familiero, es divertido. Yo como su compañera de vida, tal vez viví ciertos gestos de su parte hacia una mujer, románticos. Me ha grabado canciones. Algunos detalles que tal vez ahora no vengan al caso contar desde la distancia de la relación, ¿no? Pero ¿cómo no acompañar a alguien así cuando vos conocés el lado B de lo que se muestra?

-¿Creés que vas a volver con él o pensás que ya es un cierre definitivo a esta historia de amor?

Cuando uno se casa, se casa para toda la vida, y cuando uno se separa, se separa también pensando en un largo plazo, o en un plazo definitivo. Después el universo decide. Si el destino tiene un plan, el que se casa se divorcia a los seis meses, o a los veinte años o nunca; y el que se separa, no vuelve o... Sí creo que siempre va a haber una comunicación entre nosotros, pase lo que pase. De eso estoy convencida, porque así somos los dos. Y los dos nos dimos mucho amor, y eso es casi imposible de dejar atrás como si no hubiera pasado. Y alguien que te acompañó en los momento más difíciles de tu vida, vos querés que de alguna manera, en calidad de algo, sin necesidad de ponerle un título, siga estando. A mí me gustaría.

-¿Por qué saliste a hablar? ¿Por qué la necesidad de hablar, de contar tu historia? Siendo una mujer que la prensa te ha buscado, has tenido un perfil bajísimo, no querés dar entrevistas, ¿por qué en este momento?

Porque me parece necesario aclarar algunas cuestiones cuando hay algo que ya está definido. Si no, no lo hubiera hecho. Nos tomamos el tiempo para estar todo lo tristes que teníamos que estar -¿a quién no le duele separarse?-, y bueno, como mujer, me importa que todo quede claro. Porque en parte este perfil bajo que vos me decís que tuve a mí me eximió de muchas situaciones que no quería atravesar. Cuando tenés que salir a desmentir tal o cual cosa, y aclarar, y todo lo demás, yo siento que eso me resta energía que quiero usar para mí, para hacerme bien a mí o a otras personas. No trato de combatir lo que se dice con la cantidad de pavadas, inventos y volazos que se han dicho.

-¿Y tu familia que te ha dicho? Porque cuando se relacionaba tu pareja con episodios de corrupción, y vos eras su mujer, ¿cómo lo vivías en tu casa? ¿Ibas directamente a explicarles a ellos? Porque uno más allá de ser uno tiene a su familia detrás.

Por supuesto, sí. Mi familia y la de Amado inmediatamente y espontáneamente se convirtieron en dos familias muy unidas. Amado también tiene dos hermanos más grandes, también tiene sobrinos, tiene dos padres amorosos, grandes personas. Y bueno, uno cree en su familia, cómo no. Y a su vez siempre trataron estos temas con mucho respeto, para no invadir mi espacio, porque entiende que esto para mí fue difícil y que cuando querés estar en una reunión familiar, yo quiero estar con mis sobrinos, quiero tirarme al piso con los pibes, no quiero ponerme a hablar de que si tal o cual, y que leí esta cosa, y que en la tele dijeron esto de vos... Por ahí al principio mi mamá un poco más, como madre y señora que mira la tele, se indignaba: "y cómo dijeron esto", "y si vos estabas acá por qué dijeron que estabas en Dubai", "y si yo te vi tal día por qué dijeron"... A mí en un principio sí, me afectaba mucho el tema familiar, que creo que es al fin y al cabo el único que importa: los tuyos, que son los que van a estar siempre. Con el tiempo también es un aprendizaje para todos, para uno y para tu alrededor, porque obviamente una exposición tan alta y un cargo público tan importante en el seno de una familia, indirectamente modifica la vida de todos, en mayor o en menor medida. Mi familia siempre tuvo también un perfil bajísimo, mis hermanas tienen el mismo trabajo desde siempre... La vida de todos siguió igual. Tal vez nos bajábamos del auto con Amado para ir a lo de mi mamá y el portero se quedaba helado, el de seguridad... Al principio, después hasta los vecino se acostumbraron.

-¿Y la relación en la calle con la gente de ustedes cómo era? ¿Les decían cosas lindas o los puteaban, los insultaban?

Al principio para mí era un poco incómodo, porque Amado tenía una popularidad inmensa, bellísima. De verdad, yo terminaba con diez celulares sacando fotos, tipo asistente... Un poco hinchada, tratando de disimularlo.

-¿Y después?

Y después fue bajando, y en algunos momentos, no te lo voy a negar, no tengo necesidad, a mí me ha pasado por ahí de escuchar alguna puteada, algún insulto, alguna falta de respeto, como a lo lejos, y darme vuelta como para ver qué, quién, qué querés, querés hablar o lo querés putear, y no ver a nadie. Hubiera sido más constructivo una frase una propuesta a la cara. Fueron las menos, pero una la recuerda, porque te quedan. Sí valoro que fueron muchas más las veces que me crucé por la calle con personas que me dijeron "pará, ¡fuerza!", "no afojen", "cuidenlá a la presidenta", "decile a Amado que la cuide", "soy compañero, decile a Amado que tal cosa". Cuando te miran a los ojos... E incluso en algunas oportunidades me he sentido muy culpable porque a veces te encaran y no sabés por dónde viene el tiro, y tal vez venían con amor y con respeto, y yo a veces ante la duda puedo mostrar las garras, y después lo agradezco muchísimo.

-¿Qué creés que va a decir la gente, la prensa y los medios cuando te escuchen?

Millones de cosas, como siempre. Y está bien, lo entiendo. Lo acepto. No me encanta, por supuesto. Pero también para eso estoy hablando, para eliminar especulaciones, y después la gente entiende lo que quiere según el prisma por el cual ve la vida, y lee las entrelíneas cuando no las hay o le agrega pié de página donde no había nada. Yo soy esto, siempre fui esto. Dentro del pergamino de defectos que me podés encontrar si te ponés a buscar, no vas a encontrar una línea de hipocresía, para nada.

-Siento que a la vez Boudou es tu gran amor y tu gran dolor, el gran dolor de tu vida, él y todo lo que te ha pasado. Porque aparte se entremezclan otras cuestiones con tu vida, con un momento muy importante en la vida de una mujer, amor, maternidad, proyecto.

No, no. No es el gran dolor de mi vida. Para nada. Creo que quien amó, ganó. Siempre. Cuando te llenaron la vida de amor, y de emociones, y de caricias, y estuvieron ahí cuando vos necesitaste, no entiendo por qué habría de quedarme con otra cosa. Eso a mí me hizo bien, me hizo crecer. El que ama, gana, siempre. Esto no termina mal, pero aun termine mal, si amaste tenés que agradecer.

-¿Qué le dirías a la gente que te está mirando?

Yo no vine a este mundo a cumplirle las expectativas a absolutamente a nadie. Y creo que ese es el regalo más hermoso que me hizo el universo cuando yo nací. Y lo conservo. Es un tesoro para mí.

-¿Eso no es cagarte en la gente un poco?

No, para nada, al contrario. Es ser yo misma, de la mejor manera que puedo. De hecho, les diría que intenten vivir así. Que lo intenten, que prueben, que probablemente puedan ser incluso mucho más felices.

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