Los republicanos conquistaron la totalidad del Congreso en las elecciones legislativas de este martes en los Estados Unidos, que dejan al presidente Barack Obama y a sus aliados demócratas frente a dos años de difícil convivencia.
Además de asegurar el control que mantienen desde 2010 sobre la Cámara de Representantes, los republicanos arrebataron a los demócratas al menos siete bancas claves para garantizar 52 miembros en el Senado de 100 escaños.
"El pueblo estadounidense confió en el Partido Republicano", dijo su presidente, Reince Priebus, poco después de la debacle demócrata.
Mitch McConnell, el líder de los republicanos en el Senado, obtuvo la reelección en Kentucky (centro-este) tras una difícil campaña, y muy rápidamente anunció el cambio de aires en Washington.
"Es hora de marchar en otra dirección", dijo McConnell, que a los 72 años deberá sustituir al demócrata Harry Reid a la cabeza del Senado cuando se instale el nuevo Congreso en enero. Pero agregó: "Tenemos la obligación de trabajar juntos en los temas en los que podamos estar de acuerdo".
Reid felicitó a McConnell, pero pidió cooperación. "El mensaje de los votantes es muy claro: quieren que trabajemos juntos", dijo.
Los republicanos lograron victorias en Virginia del Oeste, Arkansas, Dakota del Sur, Montana, Colorado, Iowa y Carolina del Norte, destronando a los demócratas en ejercicio en esos estados.
"El pueblo estadounidense confió en el Partido Republicano", dijo su presidente
Pero la cifra podría ampliarse: las contiendas en Alaska y Virginia seguían abiertas y en Luisiana se decidirá en un ballottage el 6 de diciembre.
En la cámara baja, podrían ganar entre 14 y 18 bancas, según proyecciones de la cadena ABC, lo que les daría 247 de los 435 miembros, la más amplia mayoría republicana desde la década de los treinta.
Los republicanos también ganaron las gobernaciones en importantes estados como Texas, Wisconsin, Florida, donde el voto de los latinos era considerado fundamental, y otros de los 36, en liza.
"Lo hicieron tan bien como posiblemente pudieron haberlo hecho", dijo a AFP Michael Heany, profesor de la Universidad de Michigan.
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Dos años difíciles
El presidente Barack Obama, que se abstuvo de comentar las elecciones, invitó a los líderes del Congreso a la Casa Blanca el viernes, según su vocero.
Con la derrota, el presidente seguirá los pasos de todos sus antecesores desde Ronald Reagan, enfrentados a la oposición de todo el Congreso al final de sus mandatos.
Su baja popularidad no se altera ni con la reducción del desempleo o el repunte económico, y los escándalos (espionaje, oleada ilegal de inmigrantes) no hacen sino perpetuar los problemas de percepción.
Y en unas elecciones que tradicionalmente son crueles con el partido en el poder, los republicanos lanzaron una campaña de ataques contra Obama y sus políticas como la controvertida reforma del sistema de salud, Obamacare.
Las encuestas de boca de urna mostraban un electorado desencantado: dos tercios estimaron que el país marcha en una dirección equivocada, y el 79% desaprueba la labor del Congreso. Menos de un tercio se siente satisfecho con el gobierno de Obama, y una cifra similar con los líderes republicanos en el Capitolio, según CNN.
Resta ver qué hará el nuevo Congreso, luego de cuatro años de una guerra en trincheras ideológicas, pero McConnell subrayó que probablemente no promulgaría leyes para demoler las bases de la presidencia de Obama, empezando por el sistema de salud.
Pero dentro del partido republicano, notoriamente dividido, está por ver si los conservadores del Tea Party, como el senador Ted Cruz, van a tender la mano a los demócratas.
"Después nos quejamos"
Unos 7,8 millones habrían votado de los 25,2 millones de latinos habilitados, una cifra récord para la primera minoría del país, según el instituto Pew Hispanic.
Pero la primera minoría del país no esconde las desilusiones por las promesas incumplidas, entre ellas, la de una reforma migratoria.
"Sí, es todo mentira y mentira, y pensamos que nos van a ayudar y resolver y no se acuerdan de nosotros" tras los comicios, dijo a la agencia de noticias AFP la cubana Danmy Denis, luego de votar en Miami.
Los estadounidenses también decidían este martes en decenas de referendos que iban desde la marihuana y el aborto, pasando por el salario mínimo.
La capital Washington aprobó legalizar la marihuana, una victoria simbólica que refuerza la tendencia a favor manifestada en otros estados del país, mientras que Florida rechazó el cannabis para fines medicinales.