George P. Bush es el candidato republicano a comisionado de Tierras de Texas. Se espera gane fácilmente el cargo poco conocido pero muy importante, que a menudo ha servido de trampolín para políticos con ambiciones. Abogado y gerente de inversiones de 38 años residente en Fort Worth, el joven Bush recorrió con su padre todo el estado durante los últimos meses.
"Ha trabajado más duro que ningún otro candidato en Texas y puede manejarse solo. Pero tuvo la deferencia de permitir que el viejito se presentase a su lado", aseguraba Jeb Bush en una entrevista con la Associated Press durante la campaña.
Si, como se espera, George P. Bush derrota al ex alcalde de El Paso John Cook, será el primer miembro de la familia Bush que sale airoso en su primera elección. Su abuelo George H. W. Bush y su tío George W. Bush perdieron en sus primeras incursiones en la política antes de llegar a la Casa Blanca. Y su padre fue elegido gobernador de la Florida en su segundo intento. Hasta su bisabuelo, el patriarca de la familia Prescott Bush, que sirvió durante muchos años.
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Una de las novedades -y atributos de campaña- de este Bush es su sangre latina. La esposa de Jeb y madre de George P. es oriunda de Guanajuato, México, por lo que habla muy bien español y lo usa para llegar a la población hispana de Texas, que está creciendo a paso acelerado (dos de cada tres residentes nuevos del estado son hispanos).
"Esta elección es la ceremonia de presentación de George P. Bush en la política de Texas", analizó para The Washington Post Mark P. Jones, jefe del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Rice. "George P. Bush ve a sí mismo como el puente hacia el futuro del Partido Republicano", agregó.
George P. Bush quiere transformarse en el elemento revitalizador de la dinastía Bush. Es también una alternativa para los republicanos que buscan hacerle frente al conservadurismo del Tea Party.