En Corea del Norte no hace falta ser un disidente para ser condenado a muerte. El diario británico The Telegraph informó que, en lo que va de 2014, hasta 50 militantes han sido víctimas de las purgas, según los servicios de inteligencia de Seúl. Entre ellos, había varias personas condenadas por ver estas telenovelas.
La dictadura de Kim Jong-un también persigue a los norcoreanos aficionados a las versiones pirateadas de series de China y Corea del Sur, fáciles de conseguir en el mercado negro de Pyongyang.
Esto atenta contra los planes del país de evitar que sus habitantes conozcan la cultura y la forma de vida de los países vecinos. Entre los más perseguidos, se destacan los hackers que han intentado saltar las barreras utilizando falsas aplicaciones de juegos en sus móviles.
Pese a todo, The Guardian se hacía eco hace unos meses del éxito en Corea del Norte de series como Dr. Stranger, sobre un médico surcoreano atrapado en el país vecino que se vuelve muy popular entre sus alumnos en la Universidad de Pyongyang.
Según este diario británico, no solo la población civil, también miembros del partido en el poder ven la serie en secreto, saltándose todas las prohibiciones.
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