"Desafortunadamente, estamos perdiendo la batalla contra el ébola"

Un misionero argentino, perteneciente a la obra de Don Bosco, se dedica en África a la recepción y el cuidado de chicos que quedan huérfanos por la enfermedad

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"El ébola ya no es un problema sanitario: es un gravísimo problema social y económico. Desafortunadamente, estamos perdiendo la batalla. La humanidad se ha acordado muy tarde de África occidental, donde hacen falta por lo menos 5.000 agentes sanitarios que se sumen a los pocos que hoy en día están", detalló el padre Jorge Crisafulli.


Crisafulli, quien llegó a Ghana en 1995, es el responsable de las Misiones Salesianas para los países angloparlantes de África Occidental, y como tal, tiene a su cargo la coordinación de la presencia religiosa de esta congregación en Nigeria, Ghana, Liberia, Guinea Conakry y Sierra Leona, algunos de los países más pobres del planeta.


En diálogo con la Agencia Informativa Católica Argentina, denunció que "comienzan a acordarse del ébola sólo ahora que Estados Unidos y Europa se sienten amenazados. Pero la enfermedad está presente desde hace más de 30 o 40 años. El ébola y otras tantas enfermedades, como la malaria, el cólera o el sida, podrían haber sido desterrados. El dinero no es suficiente. Acá hace falta gente que venga a trabajar".


Respecto de la gravedad del problema, graficó que "en Sierra Leona teníamos un centro para 75 niños, que permanecían entre 9 y 12 meses con nosotros y luego volvían a sus hogares. Esta nueva situación nos encuentra desarmados y poco preparados. Tenemos miedo, y la gente tiene pánico por el ébola".


"Seguiremos trabajando, a pesar de que sea una gota de agua en el océano. Tenemos que ser proactivos y resolver los problemas del día a día. Confiamos en Dios, tenemos esperanza y fe", explicó el religioso, al detallar que la proporción de médicos por habitante es sólo de tres cada 100.000.


Además de las necesidades básicas, aclara otro punto importante: la contención. "Necesitamos urgentemente un psicólogo y una psicóloga para atender a los niños afectados por el drama social del ébola. Acá no hay profesionales y hay traumas muy profundos; ellos necesitan consejerías y terapias especiales", explicó.


"Estamos dándole mucha importancia a la terapia. Estos chicos sufrieron mucho la discriminación y la muerte de sus padres. Hacemos terapias grupales, musicoterapia y terapia con danza", cerró.

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