La nueva fosa clandestina, en la que los investigadores mexicanos intentan descubrir si fueron enterrados los cuerpos de los 43 estudiantes desaparecidos desde hace un mes, fue localizada el lunes en la localidad de Cocula, vecina de Iguala, a raíz de la detención de otros cuatro presuntos miembros del cártel narcotraficante Guerreros Unidos, acusados de participar en la masacre en complicidad con policías y autoridades locales.
La fosa está situada en las inmediaciones del basural de Cocula, pero para llegar a ella hay que recorrer varios kilómetros de angostos caminos de tierra y de piedra, rodeados de campos de maíz, de acuerdo con la agencia de noticias AFP. Los investigadores han constatado que hay restos humanos allí, aunque todavía no pueden determinar la cantidad ni si se trata de los estudiantes, dado que en las sepulturas clandestinas anteriores también se encontraron cuerpos, pero eran de otras personas asesinadas por los sicarios de Guerreros Unidos.
Los investigadores constataron que hay restos humanos en la nueva fosa
El paradero de los jóvenes de una combativa escuela rural que forma maestros en Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, es aún un misterio para todo México. Los 43 alumnos, la mayoría de entre 18 y 21 años, desaparecieron la noche del 26 de septiembre en medio de una serie de ataques a tiros de la policía municipal de Iguala y de sicarios de Guerreros Unidos que dejaron seis muertos.
La Fiscalía anunció el lunes la detención de cuatro sicarios del cártel que opera en la zona, una de las más pobres y violentas del país. Dos de ellos confesaron su participación en la "desaparición y destino" de los estudiantes, dijo el fiscal general, Jesús Murillo Karam. Los otros dos detenidos serían "halcones" (vigilantes) de Guerreros Unidos. En total, ya han sido arrestadas 56 personas, policías locales, funcionarios y miembros del narco.
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Murillo Karam no quiso dar detalles de las declaraciones de los detenidos ni confirmar el hallazgo de la fosa. Pero aseguró que un "grupo especial de peritos de la procuraduría y del grupo de expertos argentinos busca evidencias" para comparar sus palabras y asegurar su veracidad.
La Fiscalía teme que los jóvenes hayan sido entregados por policías corruptos de Iguala y de Cocula a sicarios de los Guerreros Unidos y que éstos los hayan asesinado y enterrado, tras la orden del alcalde José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda, ambos prófugos. Sin embargo, Murillo Karam ha pedido cautela sobre esta versión.
Abarca está acusado de ordenar reprimir a los estudiantes porque temía que los jóvenes fueran a boicotear un acto público de su mujer, quien aspiraba a sucederlo en 2015 al frente de la alcaldía. La esposa del alcalde es hermana de narcotraficantes y acusada ahora de ser la principal operadora de Guerreros Unidos en Iguala.
Los cuerpos que no eran
Unos días después de la desaparición de los estudiantes, las autoridades hallaron 38 cadáveres en fosas en los alrededores de Iguala. Los estudios realizados a 28 de los cuerpos no permiten relacionarlos con los estudiantes desaparecidos, según la Fiscalía. Las primeras revelaciones sobre el crimen muestran en qué medida algunas zonas de México viven sumidas en la violencia, corrupción, impunidad y abandono.