A dos años de que en Rusia se prohibiera la venta de codeína, uno de los principales componentes de krokodil, una droga sumamente adictiva que pudre desde adentro a sus usuarios, la creciente popularidad de un peligroso narcótico sintético preocupa a las autoridades y ciudadanos del país.
En las últimas semanas, spice ('especia'), creada a partir de sustitutos de cannabis y productos químicos, causó la muerte de, al menos, 25 personas y la hospitalización de 700. Esto se debe a que su uso prolongado puede causar envenenamiento y fallas en el sistema respiratorio, según informa el Washington Post.
"Estas drogas, a diferencia de la heroína, son usadas más extensamente, son distribuidas más rápida y fácilmente, son más difíciles de detectar, y los niños las empiezan a usar más jóvenes. Las consecuencias son adicciones y deterioros rápidos y, hasta donde veo, daños irreversibles que no pueden ser curados. La heroína en Rusia es un problema de ayer", dijo Yevgeny Roizman, un activista antidrogas.
Quienes consumen spice afirman no sentir temor o inhibiciones. Sin embargo, los síntomas de la abstinencia se empiezan a sentir a las pocas horas e incluyen falta de coordinación, sudores, palpitaciones, pánico y fuertes vómitos. "Si dejo de fumar ahora, en dos horas estaré vomitando. No es mejor que la abstinencia de la heroína, tal vez sea incluso peor", dijo un moscovita adicto.
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El Servicio Federal de Control de Drogas de Rusia, que afirma que spice proviene del sureste asiático, ha prometido adoptar una postura más dura: en lo que va del año, ha arrestado a más de 90 sospechosos y el viernes dijo que quienes la venden podrían enfrentarse a hasta ocho años de prisión si "la consumición de la droga resulta en la muerte de un individuo o si el proceso de distribución es gestionado por un sindicato organizado".