La biografía de Luis Suárez, titulada Crossing the line, My Story, está próxima a salir en Europa y el británico The Guardian ya publicó algunos adelantos. El polémico episodio con Patrice Evra en el que acabó siendo acusado por racismo y sancionado promete ser un capítulo atrapante.
"Siento que no merezco la etiqueta de racista. Estoy triste y enfadado cada vez que pienso que eso será un estigma que, probablemente, vaya a acompañarme para siempre", explicó en primera persona, al mismo tiempo que atacó a Patrice Evra por su acusación poco honesta.
"Si no hablas español, no me acuses de insultarte en ese idioma y, menos, de decir que te he llamado 'negro' en cinco ocasiones en apenas diez segundos", recriminó Luisito al defensor francés del Manchester United.
Suárez reveló algunos diálogos de aquel episodio: "Él empezó a discutir conmigo en español y recuerdo que me llamó 'suramericano'. (...) Evra vino en un córner a preguntarme por qué lo había golpeado, algo totalmente hipócrita cuando un defensa se pasa todo el partido golpeando".
"Lo que mucha gente no quiere aceptar es que la discusión tuvo lugar en castellano y que no usé 'negro' en el sentido que tiene en inglés... Es evidente que no pretendía ser gentil y amable con Evra al decirle eso, pero no fue un ataque racista. En castellano se llama muchas veces por alguna característica física como rubio, flaco, gordo...", se defendió Suárez.
"Mi mujer, por ejemplo, a veces me llama 'Negro' y mi abuela llamaba siempre 'Negrito' a mi abuelo", explicó el ex Liverpool sobre el sentido cariñoso de la palabra que le trajo enormes problemas en la Premier League y que no encontró sentido explicarle al tribunal porque nunca lo iban a entender.
Suárez continúo con su descargo en busca de comprensión en el lector: "No se pudo verme diciendo lo que se supone que dije y habían 25 cámaras y se pidió a tres expertos en lectura de labios que estudiaran lo sucedido. Tampoco nadie me escuchó decirlo pese a que Evra insistió en que lo repetí cinco veces".
Luego de los ocho partidos que tuvo que afrontar de sanción, aclaró que nunca le pidió perdón a Evra "porque sentía que no había hecho nada malo", pero también aclaró que no hubiera tenido "ningún problema en darle la mano" cuando se volvieron a encontrar, pero el francés lo esquivó en el tradicional saludo FIFA.
"Muchos decían que Liverpool me defendía porque era muy buen jugador y ellos no podían no permitirse no hacerlo. Pero me defendía porque me conocían bien y sabían qué tipo de persona era dentro y fuera del vestuario. Sabían que no era racista", explicó el uruguayo. Tranquilo con su consciencia, pero aún dolido por su etiqueta.
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