"Será el quinto lanzamiento (de un Bulavá) desde este submarino", dijo a la agencia Interfax un vocero naval, que recalcó que el ensayo se llevará a cabo en la primera misión del Yuri Dolgaruki como parte de la flota.
Los cohetes Bulavá son capaces de portar hasta diez ojivas nucleares de guiado individual, tienen 8.000 kilómetros de alcance y, según Moscú, pueden burlar cualquier escudo antimisiles, incluido el estadounidense.
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El misil R30 3M30 Bulavá-30 (SS-NX-30, según la clasificación de la OTAN, y RSM-56 en los tratados internacionales) es una versión naval del misil balístico intercontinental con emplazamiento en tierra Tópol.
Rusia confía en que los Tópol y los Bulavá le permitan mantener la paridad nuclear con Estados Unidos por lo menos durante el próximo medio siglo.
Sin embargo, los frecuentes fracasos en la pruebas del Bulavá (ocho de los veinte lanzamientos que se han realizado han sido considerados fallidos) han suscitado dudas sobre su fiabilidad.
Los submarinos nucleares, la aviación estratégica y los misiles intercontinentales conforman la tríada nuclear rusa en el programa de rearme ruso, que contempla el gasto de unos 700.000 millones de dólares en armamento hasta 2020.