La presidente brasileña y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, canceló los actos de campaña que tenía previstos para el sábado en Río de Janeiro por recomendación médica y tras el malestar que sufrió el jueves luego de un debate televisivo, informaron fuentes políticas.
"Las actividades programadas para el sábado fueron aplazadas por recomendación médica, según nos informaron los asesores de Dilma (Rousseff), y aún no hemos definido una nueva fecha", dijo a EFE un vocero de la campaña del gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, que aspira a la reelección y participaría en los mítines al lado de la mandataria.
De acuerdo con los asesores de Pezao, a la jefe de Estado le aconsejaron que aplazara su visita de campaña a Río de Janeiro ante la previsión de que la temperatura en la ciudad puede superar el sábado los 41 grados centígrados y hasta alcanzar un récord histórico.
La asesoría de prensa de la campaña de Rousseff, sin embargo, se abstuvo de aclarar el motivo del aplazamiento y negó que los médicos le hubiesen desaconsejado viajar a Río de Janeiro.
Según la Presidencia, la mandataria permanecerá el final de semana en Brasilia y viajará el sábado a San Pablo para participar en un nuevo debate de televisión con el senador socialdemócrata Aécio Neves, su rival en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 26 de octubre próximo.
La mandataria, que hoy participó en actos de campaña en las ciudades de Florianópolis y Curitiba, en el sur de Brasil, canceló la visita a Río de Janeiro tras haber sufrido una baja de presión al final de un acalorado debate en televisión que protagonizó en la noche del jueves con Neves.
La propia presidente aclaró, primero en un mensaje en su cuenta en Twitter y luego en un video divulgado por su campaña, que se encontraba "muy bien". "Tuve una ligera baja de presión, pero estoy muy bien. Quiero agradecerles a todos la preocupación", aseguró la jefe de Estado en un mensaje que divulgó en Twitter el propio jueves.
La mandataria tuvo que pedir licencia para sentarse en el momento en que concedía una entrevista al salir del debate televisivo y luego de que tuviera dificultades para pronunciar algunas palabras y concluir sus frases. Pero aceptó proseguir la entrevista luego de descansar sentada por unos tres minutos y beber un vaso de agua.
Rousseff, de 66 años, fue operada en 2009 por un cáncer linfático y consiguió extirpar totalmente la enfermedad mediante un tratamiento de quimioterapia. Durante la intensa campaña para las elecciones presidenciales tan sólo se ha quejado de la pérdida de voz en algunas ocasiones.
Tras haber vencido la primera vuelta de las presidenciales con el 41,59 % de los votos, frente al 33,55% de su rival, Rousseff está técnicamente empatada con Neves en las encuestas de intención de voto para el ballottage, en las que el opositor (51%) tiene una ligera ventaja sobre la mandataria (49%).