El Estado Islámico sigue cosechando enemigos en todas partes del mundo. Miles de combatientes extranjeros se han sumado a las filas de las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo para luchar contra los yihadistas de ISIS. En la última semana, una pandilla de motoqueros holandeses también se adhirió a la causa kurda, en Irak.
En declaraciones ante la cámara de una televisión local del Kurdistán, Ronald, uno de los holandeses que viajó a Medio Oriente para combatir a los terroristas, confirmó que un grupo de compatriotas había viajado para "hacer la yihad al revés". Es decir, enfrentarse a los yihadistas de ISIS.
"Los kurdos han estado oprimidos durante mucho tiempo", sostuvo el motoquero holandés, quien con esas palabras justificó su presencia en Irak.
Conocida esta noticia, el fiscal público de ese país resaltó que no necesariamente los ciudadanos holandeses que se unieron a los combatientes peshmergas hayan cometido algún crimen.
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"Unirse a un grupo armado antes estaba penalizado, hoy ya no está prohibido", apuntó el vocero del fiscal, Wim de Bruin. "Lo que está prohibido es sumarse a un grupo armado para luchar contra Holanda", agregó.
Los kurdos cuentan con cerca de 12 mil combatientes extranjeros. De ellos, la cuarta parte son musulmanes que residen en Europa, mientras que cerca de un centenar lo hace en América del Norte.
A pesar de que el Gobierno regional kurdo insistió en que no necesitaba hombres, sino armas, aún siguen llegando voluntarios de la causa contra el Estado Islámico.
Sin embargo, no todos aquellos que quieren combatir a ISIS se suman a las filas de los peshmergas. Tanto en Irak como en Siria también han aparecido milicias de autodefensas cristianas, que se suelen coordinar con los kurdos.