El párroco de la catedral de San Juan, el sacerdote Rómulo Cámpora, dijo este martes que "la homosexualidad no es una enfermedad ni una locura", sino una tendencia que se corrige "en el tiempo", y advirtió que la Iglesia no va a aprobar una conducta condenada por la Biblia.
El sacerdote coincidió con la "Relatio post disceptationem", un documento de trabajo elaborado en el Sínodo de la Familia que se desarrolla en el Vaticano, en el que los obispos del mundo dieron señales de apertura hacia los homosexuales, pero desestimó que la Iglesia vaya a reconocer a las parejas del mismo sexo.
"Hay que avanzar en un diálogo más abierto, pero no para aprobar una conducta que la misma Biblia condena por voluntad de Dios", sostuvo el rector del principal templo de la arquidiócesis de San Juan.
"La homosexualidad no es una enfermedad ni una locura, es una tendencia, y las tendencias son cosas que se van corrigiendo en el tiempo", aseveró en declaraciones a Radio Sarmiento. Cámpora dijo que "la Iglesia insiste en que podamos distinguir entre una acción y una persona" y reconoció que "muchos obispos han avasallado a la persona por una acción y eso ha sido triste para esas personas".
El sacerdote distinguió que aunque hay personas que "están ligadas a casos de pedofilia, a conductas desordenadas y han destruido familias, hay muchos homosexuales que nunca han tenido una dificultad y han llevado una vida de mucho sacrificio y virtud". Cámpora insistió en afirmar que "así como en personas normales se han dado miles de crímenes, en los homosexuales se dan otras cosas".
El rector de la catedral sanjuanina estimó necesario "cambiar esa mentalidad discriminatoria" y sostuvo que los referentes eclesiásticos tienen que "ser respetuosos, hasta para ayudar hay que respetar". "Como dijo el Papa, ¿quiénes somos para juzgar?", agregó.
El Sínodo de los Obispos sobre la Familia, que preside el papa Francisco, dio a conocer ayer un informe sobre el debate de la primera semana de deliberaciones, en cuyo texto hay coincidencias en que la Iglesia tiene que tener en cuenta los valores positivos de las parejas unidas por lo civil o en convivencia, e incluso de determinadas parejas homosexuales.
A raíz de las reacciones originadas por la publicación de la Relatio, la Secretaría General del Sínodo precisó que en relación con los homosexuales se puso de relieve la necesidad de "aceptación, pero con la prudencia adecuada, con el fin de no crear la impresión de una evaluación positiva de esa orientación por parte de la Iglesia".