"El índice interanual es del 41,06 por ciento. Ya todos lo sufren en alimentos, alquileres, y servicios", dijo la diputada Patricia Bullrich, en la presentación del resultado del consenso de estimaciones privadas para el noveno mes del año.
La diputada destacó que "esta variación de los precios es preocupante, porque en la última semana se discutió el Presupuesto Nacional sobre la base de pautas irreales".
Una semana atrás, la Dirección General de Estadística y Censos, dependiente del Ministerio de Hacienda de la Ciudad, había comunicado que "en el último mes la suba de los precios en la franja minorista fue de 2,2% y estuvo impulsada por los sectores de bebidas alcohólicas y tabaco, con un crecimiento de 5,1 por ciento frente a agosto, y prendas de vestir y calzado, que trepó 4,5 por ciento por el inicio de la nueva temporada de ropa primavera-verano".
La tasa anualizada de la inflación en la Ciudad estuvo alineada con las estimaciones de la ex directora de precios del Indec, Graciela Bevacqua, y FIEL, que la ubicaron entre 41 y 42 por ciento.
La contrapartida de semejante alza de los precios es el aumento de los indicadores de pobreza e indigencia, porque tanto la suba de los salarios como de las jubilaciones se ubicaron casi diez puntos porcentuales por debajo.
La brecha entre la medición oficial y la privada es negativa en un 50 por ciento
Después de los dos primeros meses del año en que la tasa de inflación oficial, medida por el nuevo Índice de Precios al Consumidor Nacional Urbano del Indec, se aproximó a los cálculos privados, la brecha entre ambas mediciones volvió a distanciarse, un cincuenta por ciento más baja la primera que la segunda.
Los Precios Cuidados, los programas de crédito a tasa subsidiada para inversión como para bienes de consumo, resultaron pobres paliativos para atenuar el ritmo de alza de los precios, frente a una expansión del gasto público alimentado con emisión del Banco Central.
Para peor, las tensiones cambiarias que generan los desincentivos a los sectores generadores de divisas, con controles, cupos y retenciones, junto a las necesidades de importación de energía, contribuyeron a afectar las expectativas inflacionarias a pesar del contexto crecientemente recesivo.
Reclamo de sinceramiento oficial
La diputada nacional Cornelia Schmidt Liermann (PRO-CABA) sostuvo en el Congreso de la Nación que "el Gobierno debe sacarse la máscara y admitir que no existe un nuevo desarrollo de país, no hubo cambios cualitativos y esto se evidencia en la falta de mejoras en las condiciones estructurales, los servicios de salud y educación", y en relación al creciente proceso inflacionario, mostró su preocupación y resaltó la necesidad de "pensar cómo ayudar a la gente que hoy se ve afectada".
Junto a Patricia Bullrich, Federico Sturzenegger, Pablo Tonelli de Unión Pro; y el peronista opositor Carlos Brown, del monobloque FE, la legisladora del PRO cuestionó al gobierno nacional y se refirió a la transferencia de ingresos y la recuperación de algunos sectores que se dieron meses atrás, "que no surgieron de las virtudes del modelo, sino de la dinámica de actividades productivas, de inversiones de capital, que tuvieron un efecto derrame", y también habló sobre "el cambio de matriz del país que busca el kirchnerismo, que no ha sido consensuado" y se refleja en "el giro que dio Argentina hacia Rusia".