Por la devaluación del peso, los bolivianos cruzan a comprar

Los visitantes, que llegan con dólares y pesos bolivianos, adquieren alimentos, electrodomésticos, medicamentos y hasta colchones

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Miles de bolivianos cruzan todos los días la frontera internacional en la localidad salteña de Salvador Mazza para comprar bienes de consumo a precios más económicos que en sus ciudades de origen debido a la devaluación local y vuelven a sus casas con provisiones para varias semanas.

Según el cambio oficial, por cada peso boliviano (moneda del país gobernado por Evo Morales) los visitantes reciben entre 1,19 y 1,21 pesos argentinos, aunque en el mercado negro de divisas la rentabilidad puede llegar al 250 por ciento.

Pero más que el tipo de cambio oficial o paralelo, las transacciones comerciales se dan directamente con la moneda del vecino país en un valor definido por los comerciantes argentinos, lo que ubica a la brecha cambiaria en 120 por ciento.

Con sus 17.000 habitantes, Salvador Mazza es una pequeña ciudad ubicada en el extremo norte de la provincia de Salta en el límite con Bolivia, a unos 550 metros sobre el nivel del mar, a la que llegan miles de bolivianos todos los días.

Los visitantes que llegan con dólares y pesos bolivianos adquieren alimentos, electrodomésticos, medicamentos y hasta colchones que son cruzados en automóviles particulares, micros, motos y hasta caminando.

Allí se encuentra el Paso Internacional Salvador Mazza - Yacuiba habilitado para todo tipo de vehículos a través de un puente donde hay puestos de la Aduana argentina y de la Gendarmería Nacional.

Según publicó el diario El Tribuno, la localidad fronteriza volvió en las últimas semanas a tener un gran movimiento económico que no se veía hacía años, producto de la devaluación de la moneda argentina y el tipo de cambio que hace que la moneda boliviana tenga en la actualidad un valor real superior promedio del 120 por ciento.

Un peso boliviano tiene el valor de compra de 2,5 pesos argentinos

La historia se revirtió: en los años 90 miles de argentinos cruzaban la frontera debido a que el peso era equivalente al valor de un dólar y los bienes resultaban más baratos en los comercios bolivianos.

Los tours de compras ahora vienen desde Bolivia para adquirir todo tipo de mercaderías y la primera localidad con la que se encuentran los compradores provenientes de ciudades bolivianas como Yacuiba, San José de Pocitos o Villamontes es Salvador Mazza.

Un electrodoméstico que en Salvador Mazza tiene un precio de 1.000 pesos argentinos, implica que los compradores del vecino país lo abonarán a 400 pesos bolivianos; un yogur de primera marca que los argentinos lo pagan 10 pesos, a los compradores provenientes de Bolivia les representa solo 4 pesos bolivianos; si hay algo que en este momento les resulta barato es comer o comprar alimentos.

Incluso en las últimas semanas comenzó a aumentar la llegada de comerciantes ambulantes que comercializan desde pullovers de lana y artesanías hasta yogures y otros comestibles que demandan mantenerlos en cadena de frío.

Sergio San Millán, secretario de Gobierno del municipio, dijo que la "pelea" de los inspectores de la municipalidad con los camioneros es diaria y permanente porque algunos llevan lácteos, se paran en una esquina y comienzan a vender desde el camión.

"Como el municipio no cuenta con una cámara frigorífica que mantenga la cadena de frío no podemos secuestrarles la mercadería porque ésta se encuentra en perfecto estado, la irregularidad está en la venta callejera", dijo Millán.


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