La Comunidad de Madrid permanece en alerta ante la presunción de otros tres casos de ébola. La Consejería de Sanidad aseguró que tienen bajo la lupa al esposo de la auxiliar de enfermería contagiada en un hospital madrileño; a un ingeniero que regresó a España luego de haber viajado al exterior y ahora se encuentra aislado; y a otra enfermera que integraba el equipo médico que trató a las dos víctimas españolas del virus, el religioso Miguel Pajares y el misionero Manuel García Viejo, en el Hospital Carlos III de Madrid.
Si bien esta trabajadora de la salud por el momento no presenta fiebre, sí sufre de diarrea y por precaución ya se procedió a activar los correspondientes protocolos.
Luego de notar que tenía síntomas de fiebre, la mujer se puso en contacto con los servicios médicos de la Comunidad de Madrid y fue trasladada hasta el Hospital de La Paz-Carlos III, donde fue ingresada y permanece aislada desde ese momento.
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El centro de salud se ha encargado de coordinar las pruebas para confirmar o descartar la existencia de contagio, que se realizan en el Instituto de Salud Carlos III y cuyos resultados se conocerán hacia el mediodía de este martes.
El primer alerta se produjo el lunes, cuando una auxiliar de enfermería que también participó en el operativo de atención a García Viejo fue hasta el Hospital de Alcorcón con fiebre y otros síntomas sospechosos.
A partir de ese instante el hospital activó el protocolo de aislamiento, y horas después las pruebas confirmaron que la paciente estaba infectada con el virus del ébola convirtiéndose así en el primer contagio fuera de África.
La trabajadora sanitaria fue trasladada a medianoche al Hospital Carlos III, donde está aislada y permanece estable y "sin riesgo vital", según ha informado el coordinador del centro de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón.
Su historia
El 26 de septiembre, un día después del fallecimiento de García Viejo, la auxiliar se marchó de vacaciones y el 30 de septiembre se puso en contacto con los servicios de salud laboral del hospital de Alcorcón porque tenía unas líneas de fiebre y astenia.
Sin embargo, no fue hasta seis días después cuando en el centro médico aceptaron su pedido para realizarse la prueba del ébola, ante la insistencia de la paciente según publica el periódico El Mundo.
Sus peores sospechas se confirmaron unas horas después y, desde entonces, se ha puesto en marcha un protocolo especial para localizar y evaluar a las personas que durante estos últimos días han estado en contacto con la mujer.
Por el momento, su marido permanece bajo vigilancia en una unidad de aislamiento del Hospital de Alcorcón y las autoridades investigan a su entorno.