Marina Silva, una ecologista preparada para vencer a Rousseff

Proclamada candidata tras una tragedia, lleva el mensaje de que es posible vencer los obstáculos de la vida. Con una alta intención de voto, aspira a derrotar a la mandataria en segunda vuelta

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Marina Silva está decidida a hacer historia este domingo. Con 56 años, su vida se ha convertido en un ejemplo de todo brasileño. Hija de una pareja de recolectores de caucho, debió trabajar desde niña en el Amazonas por la extrema pobreza de su familia, en una de las zonas más abandonas de Brasil.

Desde pequeña sufrió todo tipo de enfermedades asociadas al clima tropical y tuvo problemas de nutrición. Tres de sus 10 hermanos y su madre murieron de malaria cuando todavía era menor. A los 16 años debió mudarse a la capital regional, Rio Branco, y recién entonces comenzó a recibir educación de la mano de la congregación católica de las Siervas de María Reparadoras.

Su madre y tres hermanos murieron de malaria

Todas estas experiencias marcaron a Silva, quien hoy cuenta con una educación superior, ha podido dejar atrás la pobreza, lidia con fortaleza las debilidades que le dejaron sus problemas de salud y ha convertido su hogar, el Amazonas, en una bandera de la lucha por el medio ambiente. Su historia resulta conmovedora porque, pese a la adversidad, allí está ella, clamando por gobernar un país donde 40 millones de personas viven en condiciones extremas.

Tras juntar un poco de dinero trabajando como empleada doméstica, Silva consiguió entrar en 1981 a la Universidad Federal de Acre (UFAC). Había terminado la primaria y la secundaria en tiempo récord. A los 25 años, consiguió la diplomatura en Historia.

Terminó la primaria y la secundaria en tiempo récord

Su formación universitaria, tanto como sus primeros pasos en política, transcurrieron en el corazón de la Amazonia. Allí, Silva conoció a los movimientos sociales vinculados a los trabajadores del caucho, descubrió la Teología de la Liberación y se relacionó con figuras, como el sindicalista Chico Mendes, que determinaron su carrera posterior.

Luego de un breve paso por el comunismo, comenzó a militar en el Partido de los Trabajadores (PT), liderado por Luiz Inácio Lula Da Silva. Se trataba del único partido que entonces tenía una presencia e influencia en la zona. Fue elegida primero concejal, después diputada y posteriormente senadora del estado. El siguiente paso fue el Ministerio de Medio Ambiente, cargo en el que fue nombrada por Lula da Silva en el año 2003 y que ocupó hasta 2008.

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Las elecciones religiosas de Marina Silva forman parte de otro capítulo de su historia. En 1998 se convirtió al evangelismo pentecostal. Después de años de cultivar un perfil "izquierdista", esa decisión le valió alguna polémica años más tarde, al hacer declaraciones a favor de ideas "creacionistas" o al defender posiciones más conservadores en temas como el aborto.

Silva se alejó pronto del gobierno de Lula. Su intención era ejecutar una política ecológica integral que protegiera especialmente el Amazonas de las empresas madereras. Pero las fricciones entre cuidado medioambiental y la necesidad de desarrollo que un país de las dimensiones de Brasil requería se hicieron notar. La decisión de Lula de dar su beneplácito político a Dilma Rousseff para que sea su sucesora -en lugar de Silva, quien era señalada como su candidata natural- terminó de marcar el quiebre.

En 2010, Silva se presentó con el Partido Verde a las elecciones presidenciales. Si bien fue elegida Rousseff, la ecologista sorprendió al obtener un 19,3% de los votos y ser considerada la "tercera vía", ante el PT y el PSDB.

Con ese impulso, se propuso abandonar el Partido Verde y construir su propio partido, Red de Sustentabilidad, para las elecciones de este año, pero esta no es una tarea fácil en Brasil. La candidata no logró reunir los 500.000 apoyos necesarios y tuvo que recurrir a un plan B: afiliarse al Partido Socialista Brasileño (PSB) y ser la vicepresidente de Eduardo Campos.

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La trágica muerte en un accidente aéreo de su compañero de fórmula ubicó a Silva al frente de la contienda. Con Beto Albuquerque como segundo, su intención de voto se disparó y dejó rápidamente detrás a Aécio Neves, quien hasta entonces era el principal candidato opositor.

Silva se divorció en los 80 y contrajo segundas nupcias con el perito agrícola Fábio Vaz de Lima, con quien estudió en la universidad. Tienen dos hijas, Moara y Maya.

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