Desde el 25 de julio y hasta el 1 de agosto del próximo año, Buenos Aires se convertirá en el principal epicentro de la más alta tecnología en informática y robótica. Para ello expertos de la NASA, Francia, Canadá, China, Holanda y del CONICET abordarán tópicos centrados en educación a distancia, redes sociales e ingeniería de software, entre otros.
Las expectativas de la International Joint Conferences on Artificial Intelligence (IJCAI-15), el mayor evento mundial sobre Inteligencia Artificial, a menos de un año de realizarse por primera vez en América del Sur, crecen día a día. "Ha sido un logro muy significativo que Buenos Aires haya sido seleccionada como sede de la conferencia en 2015, y que por primera vez se realizará en Sudamérica", comentó a Infobae el Dr. Guillermo Simari, doctor en ciencias por la universidad de Washington y catedrático de inteligencia artificial y lógica en ciencias de la computación de la Universidad Nacional del Sur (UNS).
"Para la comunidad científica argentina en particular y latinoamericana en general, representa una oportunidad única de participar masivamente de una reunión a la que asisten los investigadores científicos y tecnólogos más importantes del mundo. Algo destacable en esta edición de IJCAI es que habrá una sección completa dedicada a "nteligencia Artificial y Arte, un área que está recibiendo creciente atención en el mundo. Además, se realizarán una variedad de talleres y tutoriales avanzados en temáticas específicas de la disciplina durante los primeros tres días del evento", explicó el experto.
La inteligencia artificial (IA) es lo más parecido a un cerebro autónomo que piensa como la mente humana. Aunque esto signifique especular con un futuro compartido con androides. ¿Qué tan lejos estamos de interactuar con máquinas que tomen decisiones como las nuestras? ¿Resulta utópico pensar en humanoides similares a la raza humana por cuyas entrañas circulan cables, microchips y fluidos viscosos? Estos y otros interrogantes serán uno de los enigmas a resolver en la cumbre tecnológica. Por ahora, sobran mitos (Pigmalión, por ejemplo), novelas, relatos y películas de ciencia ficción en los que los autores exhiben el afán de emular a Dios, de concebir una criatura artificial como dios manda. Sin embargo, hay indicios de que en el presente ese horizonte no se revela del todo ficticio e inalcanzable, pese a que en junio de este año, un software desarrollado por científicos rusos tuvo baja aceptación (aunque logró engañar a un 33% del total de jurados expertos en IA) en el test de Turing, prueba que postula que si un programa puede convencer a personas que lo interrogan de que es humano, entonces es lícito decir que la máquina puede pensar.
Si bien uno de los primeros logros en IA fue Deeper Blue, la supercomputadora de IBM que en 1997 derrotó al campeón mundial de ajedrez, Gary Kaspárov (aunque luego del revés el ruso habló de "fraude"), o el actual y fantástico robot ASIMO, la inteligencia artificial no es tan sólo la búsqueda de una entidad simulada que piense y actúe como un humano. Su campo de acción y desarrollo va mucho más allá de la concepción de un ente de plástico y silicio.
"Hoy podemos encontrar ejemplos de aplicaciones de técnicas de Inteligencia Artificial en innumerables lugares", afirma Silvia Schiaffino, doctora en ciencias de la computación e investigadora del CONICET. "Por ejemplo, en algunos sitios de comercio electrónico es común que ante las consultas el sitio recomiende productos que pueden ser de interés para el usuario basándose en información sobre éste, su perfil de compras y consultas e, incluso, de la información de otros usuarios. Es por eso que esperamos que en el futuro la IA esté en todas partes, y que casi no notemos que está allí".
-La Argentina cuenta con alrededor de 50 doctores en IA, y es sin duda una de las comunidades de ciencias de la computación más importantes. Existen grupos de investigación en IA en todo el país, dedicándose a diferentes subtemas o subáreas, tales como perfilado de usuarios, agentes inteligentes, sistemas multi-agentes, técnicas aplicadas a educación a distancia, a ingeniería de software, a redes sociales, sistemas de recomendación, desarrollo y mejoras de algoritmos de IA en sí mismos, entre otras innumerables áreas de aplicación.
La Dra. Schiaffino cuenta que se encuentra dirigiendo un proyecto de investigación financiado por la ANPCyT en la temática construcción de perfiles de usuarios para asistencia inteligente a grupos de usuarios en sistemas de trabajo colaborativo, soportado por computadoras en entornos sociales.
Por su parte, el Dr. Simari dice que es difícil hablar del nivel que un país particular posee en Inteligencia Artificial. Esto es así, fundamentalmente porque la extensión que abarca la disciplina es realmente muy grande. Existe tal multiplicidad de temas que es prácticamente imposible abarcar todos. Naturalmente, aclara, tanto los Estados Unidos como la Comunidad Europea, invierten fuertemente en estas actividades, y esto está motivado por los resultados que se obtienen constantemente y esto se refleja en patentes y aplicaciones. En la Argentina, tenemos grupos de investigación que desarrollan tareas en algunas áreas de IA, y nuestras investigaciones se publican en las revistas científicas y conferencias internacionales más importantes de la disciplina, pero por supuesto no cubrimos todo el posible espectro temático. Existe un número significativo de personalidades argentinas que ha dejado y deja su impronta en la Inteligencia Artificial contribuyendo a su avance. Por otra parte, en los últimos años el crecimiento de nuestra comunidad local ha sido muy significativo en el ámbito de las universidades con sus programas de posgrado y con el apoyo del CONICET, incorporando jóvenes investigadores científico-tecnológicos a nuestros equipos de trabajo.
-Esta es una pregunta muy interesante y para responder a ella tendríamos que hacer un esfuerzo de imaginación que es casi imposible. Para evaluar esta dificultad consideremos una pregunta similar situándonos en los años ochenta en el ámbito de las comunicaciones. Creo que nadie podría haber previsto el desarrollo de la Web sobre Internet. Arpanet (la predecesora de la actual internet) existía por aquellos años, pero era sólo una red de comunicaciones. La creación del primer navegador en el CERN (Suiza) abrió la puerta a un desarrollo exponencial de la Web; es decir, impulsó la creación de aplicaciones que hoy nos resultan comunes a nivel del usuario más elemental. Si agregamos a este escenario la introducción de los celulares aportando una aceleración adicional a este fenómeno, entrever el futuro que hoy vivimos hubiera sido imposible.
Volviendo a la pregunta, el Dr. Ray Kurzweil, el actual director de Google Engineering, ha hecho algunas predicciones basadas en el estudio de los patrones de crecimiento de ciertos elementos que afectan el desarrollo de la Inteligencia Artificial; por ejemplo, el crecimiento exponencial de la capacidad de cómputo de las computadoras siguiendo la ley de Moore, entre otras. Su análisis de esos patrones lo ha llevado a postular que para el año 2045 los sistemas computacionales inteligentes van a poder autoprogramarse independientemente y su progreso ya no dependerá más de la programación realizada por los seres humanos. Él denomina ese punto la "Singularidad", y el concepto fue utilizado en un par de películas recientes, "Her" y "Transcendence". Si la singularidad ocurre, se habrá creado una nueva especie consciente.
Mencioné esta predicción particular porque Ray Kurzweil es un científico y tecnólogo que por sus logros es sumamente respetable en ambos aspectos. Además, es uno de los futuristas que tiene acceso completo a los últimos desarrollos en IA y dada su posición en la empresa Google como director de ingeniería puede influenciar el avance tecnológico. No necesariamente el futuro se va a desarrollar como él lo vislumbra, pero si es cierto que todas las grandes compañías de software han creado o ampliado fuertemente sus equipos de investigación científica y desarrollo tecnológico dedicados a la disciplina. Sin duda, estas inversiones producirán resultados que nos sorprenderán. Lentamente han ido apareciendo algunos de ellos, e.g., los autos sin conductor, los teléfonos y dispositivos con los que se puede interactuar verbalmente, los sistemas de recomendación que hoy aparecen por doquier, etc. También, al tratar de crear sistemas que exhiben inteligencia hemos comenzado a comprender mejor los componentes y la arquitectura de la inteligencia humana. Estos resultados bastarían para justificar el esfuerzo que realizan los investigadores.
Es evidente que el futuro será diferente, y que la Inteligencia Artificial será un actor destacado en la creación de ese futuro. Lo que se logre en estas investigaciones puede ayudar a que nuestro futuro sea mejor, pero esto último, como siempre, depende de nosotros, concluye el doctor Simari.