finalmente estuvo menos de un año al frente del
. Presentó la renuncia, la presidente
la aceptó y el último trimestre de un año complicado a nivel económico comenzó con una noticia que tendrá un
. El nuevo titular no tardó en llegar: Alejandro Vanoli, el actual titular de la Comisión Nacional de Valores (CNV), tiene el visto bueno de la mandataria para sentarse en el sillón de
.
El Salón Blanco de la Casa Rosada fue el protagonista. El 20 de noviembre de 2013, Fábrega asumió formalmente su cargo en reemplazo de Mercedes Marcó del Pont, si bien fue elegido por la Presidente dos días antes con una alta aprobación por parte de los banqueros, empresarios e inversores. Ese mismo día por la tarde, Fábrega no estuvo solo. También asumieron Axel Kicillof como ministro de Economía y Carlos Casamiquela al frente de la cartera de Agricultura.
El funcionario comenzó como presidente del BCRA con un claro objetivo: achicar la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el blue, una meta que a Marcó del Pont se le había escapado de las manos. Cuando asumió aquel 20 de noviembre, el dólar oficial se ubicaba en $6,11 y el dólar libre a $9,93 para la venta, una brecha del 68% rentre ambas cotizaciones. La escalada del dólar en el mercado paralelo se frenó en los últimos meses de 2013, y cerró el año en $10,04 para la venta.
Los más de 300 días de Fábrega al frente del Central estuvieron marcados por una decisión polémica, pero que varios empresarios venían pidiendo por la falta de competitividad. Mientras que en todo 2013 el peso se devaluó un 23%, a principios de este año parecía no encontrar techo. Aceleró la devaluación y el miércoles 22 de enero escaló 25 centavos hasta los 7,14 pesos. Así, el peso se depreció en torno al 18% en enero, que si bien el Gobierno lo negaba, se trasladó a los precios.
Pero esa devaluación fue lo que luego trajo lo que el mercado denominó como "pax cambiaria". Tras una fuerte suba, el dólar blue evidenció bajas mensuales en febrero, marzo y abril, volviendo así a valores similares a los que había comenzado cuando arrancó el 2014. El Central retiró unos $32.000 millones del mercado entre enero y febrero a través de la colocación de Letras (LEBAC) entre cereales y bancos. Con todo, generó dos meses "contractivos".
Según comentaban los economistas en ese momento, Fábrega sólo siguió la receta básica de un libro de texto. Una devaluación que parecía descontrolada finalmente se estabilizó con la suba en las tasas de interés y una absorción del excedente de pesos. A pesar de estas medidas, la paz cambiaria no duró mucho tiempo por la política fiscal del Gobierno. El sector público continuó con una fuerte demanda de pesos para financiar al Tesoro.
Aunque el 2014 es un año con pocos vencimientos de deuda, Fábrega logró sentarse con las reservas internacionales, una acción empujada por la entrada de los sojadólares tras la devaluación. Cuando se sentó en el sillón del Central se ubicaban en los u$s31.541 millones, y hoy están en los u$s27.914 millones, una caída del 11% en casi un año. Así se ganó el título del guardián de los billetes.
El enfrentamiento entre Fábrega y Kicillof era un secreto a voces, pero se intensificó hace poco durante las negociaciones entre el Gobierno y los holdouts. Si bien fue desmentido por la entidad, fue el presidente del BCRA quien se juntó con los presidentes de los principales bancos del país para intentar comprar la deuda argentina y salvar al país del default, pero desde Nueva York, el ministro de Economía dinamitó el acuerdo. Esto enfureció al titular del Central, y los rumores de renuncia no tardaron en circular.
El swap con China fue una de sus últimas acciones para fortalecer las reservas en un contexto de escasez de divisas. Dentro de un acuerdo total por u$s11.000 millones, el desembolso hasta fines de 2014 estaría en torno a los 700 millones de dólares. Ahora con Vanoli al frente, habrá que ver cómo seguirá este convenio firmado con el par asiático Zhou Xiaochuan.
Sin cumplir un año al frente del BCRA, los rumores se hicieron realidad y finalmente pegó el portazo. Más allá del apoyo que recibió del mercado, cuenta con una señal política a su favor. A menos de un mes de asumir, la Cámara de Senadores aprobó el pliego de su designación, sin cosechar ningún voto en contra. Marcó del Pont estuvo casi tres años al frente de la entidad sin esta habilitación.
El futuro de este mendocino de 65 años aún es incierto. Sin carrera universitaria, se había desempeñado desde 2010 como presidente del Banco Nación pero nunca renunció a ese puesto, e incluso hasta hoy está presente en la nómina de empleados de la entidad como gerente general. Sólo el tiempo dirá si el ex presidente del BCRA se dedicará a los viñedos que posee en su tierra natal, o será tentado por algún partido político de la oposición para impulsar su carrera.