A través de un comunicado, Human Right Watch pidió a las autoridades que garanticen un juicio justo a Reyhaneh Jabbari, detenida en 2007 y sentenciada a la pena capital en 2009 por el asesinato de Morteza Abdolali Sarbandi, un médico y ex empleado del Ministerio de Inteligencia. El Supremo ratificó el fallo en 2010.
Jabbari admitió haber apuñalado a Sarbandi en el cuello luego de que éste intentara agredirla sexualmente, aunque durante el proceso dijo que en el momento del asalto había una tercera persona en la habitación que pudo causar la muerte del hombre, según la nota de la organización de defensa de los derechos humanos.
Los abogados de la mujer sostienen que las autoridades judiciales iraníes no han investigado el caso de manera apropiada, y que Jabbari no ha tenido un juicio justo.
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La ONG ha mostrado, además, su temor a que la sentenciada sea ejecutada en breve debido a su reciente traslado a una prisión del oeste de Teherán, sin que mediara alguna explicación al respecto.
Sin embargo, HRW matizó que, según varias fuentes, la condenada ha sido enviada de vuelta a la cárcel en la que se encontraba originalmente y que la ejecución de la sentencia ha sido aplazada.
Human Rights Watch también indicó que la Fiscalía había estado revisando el caso, por lo que, según el subdirector de HRW para Medio Oriente y el norte de África, Joe Stork, "el Poder Judicial debe revocar inmediatamente su sentencia de muerte y permitir un nuevo juicio justo".
Según un informe de la ONG
Irán es con
en
el país que más condenados mató el año pasado