El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó hoy a las autoridades chinas y a los manifestantes en Hong Kong a resolver pacíficamente sus diferencias después de que la Policía antidisturbios lanzara gases lacrimógenos contra los manifestantes que reclaman por más democracia en la isla.
Ban Ki-moon "entiende que éste es un asunto doméstico, pero urge a todas las partes a resolver las diferencias de una manera que sea pacífica y salvaguarde los principios democráticos", indicó su vocero, Stéphane Dujarric.
Miles de manifestantes en Hong Kong rechazaron las demandas del jefe del Ejecutivo de la ciudad, Leung Chun-ying, para poner fin a los mítines que provocaron los disturbios civiles más intensos desde 1997, cuando se efectuó el traspaso del dominio británico a China.
El domingo, la policía antidisturbios lanzó gases lacrimógenos contra los manifestantes, que se oponen a la decisión de Pekín de vetar candidatos fuera de su égida antes de la elección del próximo líder de la ciudad en 2017.
Londres ha llamado a iniciar discusiones "constructivas", mientras Washington ha reclamado a las autoridades que actúen con "moderación" y a los manifestantes, que se expresen en forma pacífica.
El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, dijo el martes que el Reino Unido podría convocar al embajador chino en Londres esta semana "para expresar su preocupación y consternación".
Mientras tanto, el gobierno chino le ha bloqueado al resto del país las noticias sobre las protestas a favor de la democracia que se realizan en Hong Kong, una restricción tan acuciosa que en los medios de prensa controlados por el Estado no ha aparecido ninguna imagen de las manifestaciones y al menos un hombre ha sido detenido por enviar mensajes sobre los acontecimientos.
Por el contrario, los medios de comunicación en la semiautónoma Hong Kong han estado transmitiendo ininterrumpidamente las noticias acerca de las multitudes manifestantes, mostrando estudiantes desarmados a quienes se impide avanzar con cercas y que tratan de protegerse con sombrillas del gas lacrimógeno y gas pimienta lanzados por policías antimotines mientras exigen una democracia más representativa en la otrora colonia británica.
"Las autoridades chinas ven esto como un asunto de vida o muerte"
El contraste pone de relieve las diferencias en el acuerdo "un país, dos sistemas" al que se comprometió el Partido Comunista de China cuando negoció la devolución de Hong Kong en 1997. Refleja, además, la extrema susceptibilidad de Pekín respecto a la perspectiva de que cualquier chispa posible de manifestación a favor de la democracia se propague a la parte continental del país.
"Las autoridades ven esto como un asunto de vida o muerte", dijo el columnista y analista independiente Zhao Chu, que reside en Shanghái. "No lo ven como un asunto local, sino como un detonador que puede derribar su mundo".