"Ese cuerpo legal sin asidero en el propio pueblo norteamericano no le permite contratar a cuanto pelotero cubano quisiera", señaló el diario en un artículo firmado por su subdirector, Oscar Sánchez.
Los beisbolistas cubanos que quieren jugar en las ligas mayores de los Estados Unidos (MLB, por sus siglas en inglés) "están privados de una relación normal, como la que hoy tienen con esa organización más de 240 atletas de 16 naciones que intervienen en el torneo de élite de Estados Unidos. En otras palabras, eres elegible si renuncias a Cuba", agrega el periodista.
Según Granma, la obligación de dejar Cuba y establecerse como agente independiente en otro país para poder ser contratado "tiene el miserable objetivo de convertirnos a los héroes en traidores, y para ello se destinan sumas millonarias. Cualquier parecido con la guerra no convencional no es pura coincidencia".
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"Son más de 10 los peloteros cubanos que actúan en la MLB con excelentes resultados, como el cienfueguero José Dariel Abreu, con 36 jonrones, 107 impulsadas y 317 de average, además de ser el primero en slugging, con 581", precisó el periódico de la dictadura comunista.
Granma se abstiene de mencionar la actuación de los cubanos en la MLB, aunque sí lo hace con beisbolistas contratados en otros países, como por ejemplo en la liga japonesa.
Sin embargo, el académico y ex diplomático Jesús Arboleya señaló en un reciente artículo en el blog progresosemanal.us que los empresarios del béisbol estadounidense también son afectados por ese sistema de contratación de cubanos que impone el embargo, porque les hace pagar fabulosos contratos.
"Los cubanos aparecen como 'agentes libres', una condición que por lo general sólo obtienen los peloteros norteamericanos y latinoamericanos luego de que se vencen sus contratos originales", explica.
Arboleya añade que "la puja se torna entonces disparatada y esto explica algunos de los sueldos fabulosos que reciben estos atletas -y sus "representantes"- cuando su calidad despierta el interés de varios equipos, afectando al resto de los peloteros, que varias veces han reclamado al respecto".
"A nadie debe sorprenderle la calidad de los peloteros cubanos. Sorprende más que los hábiles empresarios norteamericanos no acaben de comprender que
a los peloteros cubanos. Pero quizá ya lo sepan, y lo que ocurre es que también son víctimas de la insensatez de la misma política" del embargo a la isla, concluye el artículo del diario fundado en 1965.