La llamada "arrancada final", con la que el PT pretende colocar a sus militantes en las calles en la última semana de campaña, fue anunciada un día después de la divulgación de un sondeo que mostró una fuerte recuperación de la intención de voto de Dilma Rousseff tanto para la primera como para la segunda vuelta.
La encuesta, en la que la candidata a la reelección ganó puntos a costas de la ecologista Marina Silva, su principal rival, confirmó la tendencia de la presidenta de abrir una amplia ventaja en la primera vuelta y abre la posibilidad de que pueda lograr los votos que necesita para ser elegida sin segunda vuelta (mas de la mitad).
"El diferencial que permitió esa recuperación fue la decisión de la militancia de salir a las calles para decir en voz alta que no permitirá que se pierdan los derechos conquistados con los gobiernos del PT", afirmó el líder sindical Vagner Freitas, presidente de la Central Única de los Trabajadores (CUT), en uno de los actos de campaña promovidos por los oficialistas.
Confiada en la capacidad de movilización de los militantes del considerado mayor partido de izquierda de América Latina, la dirección del PT convocó a sus partidarios a las calles y ordenó a sus comités de campaña la distribución de miles de banderas y de todo el material electoral disponible.
Los partidarios ya venían movilizándose desde el viernes cuando las centrales sindicales que apoyan a Rousseff promovieron decenas de actos de campaña en defensa de los derechos laborales, que, aseguran, Marina Silva amenaza con debilitar por su propuesta de flexibilizar la legislación de trabajo para facilitar las contrataciones.
"Salgamos a las calles para intensificar la campaña de Dilma. La elección no se gana tan sólo con la (propaganda electoral en la) televisión sino con la militancia en la calles", invitó el coordinador de la campaña del PT en pequeños municipios, Romenio Pereira, en un mensaje publicado hoy en las redes sociales.
La movilización también puede contrarrestar los posibles efectos negativos de la divulgación, a pocos días de las elecciones, de una noticia en el semanario Veja según la cual un responsable por la campaña con que Rousseff fue elegida presidenta en 2010 solicitó recursos públicos desviados de la petrolera estatal Petrobras para financiar la candidatura.
Mientras que los candidatos de la oposición calificaron la versión como "muy grave" y exigieron que se investigue, la mandataria reaccionó rápidamente y calificó la información como un "factoide", un neologismo usado en Brasil para referirse a informaciones divulgadas de forma sensacionalista y no necesariamente verdaderas para causar amplia repercusión.
"Yo quiero decir que eso es un factoide de la revista Veja. Factoide que la revista Veja acostumbra a colocar en sus páginas en las vísperas de una elección", aseguró la mandataria, favorita para vencer tanto la primera como la segunda vuelta de las elecciones, al referirse al semanario, que siempre ha sido crítico de la gestión de Rousseff y que suele revelar varios escándalos de corrupción.
La encuesta que revivió los ánimos del PT, realizada por la prestigiosa firma Datafolha entre jueves y viernes y una de las más ambiciosas con consultas a 11.474 electores en 402 municipios, prevé que la jefe de Estado será reelegida en la segunda vuelta de los comicios de octubre con cuatro puntos de ventaja sobre Marina Silva.
Para la primera vuelta, prevista para el 5 de octubre, la intención de voto de Rousseff subió tres puntos en una semana y se situó en el 40%, mientras que la de Silva bajó en la misma proporción hasta el 27%.
En caso de una segunda vuelta, por ahora necesaria ya que ningún candidato obtendría más de la mitad de los votos, Rousseff se impondría a la abanderada del Partido Socialista Brasileño (PSB) con un 47% de la intención de voto frente al 43 % de su contrincante.
Según el director de Datafolha, Mauro Paulino, Rousseff, que subió tres puntos en la última semana, necesita subir otros seis en los últimos ocho días de campaña para garantizar su elección sin necesidad de una segunda vuelta.
Paulino considera que esa recuperación es posible en caso de que se mantenga la desinflada de la candidatura de Silva, que llegó a ser considerada como la favorita pocos días después de que sustituyera al fallecido Eduardo Campos como candidata del PSB, pero que viene perdiendo cada vez más respaldo.
"Esos resultados que muestran a Dilma (Rousseff) al alza y Marina (Silva) en bajada, resucitan la hipótesis de una victoria por más de la mitad de los votos en la primera vuelta", conmemoró el ex diputado Valter Pomar, miembro de la Dirección Nacional del PT.