El mandatario socialista perdió cuatro puntos con respecto a su aceptación del pasado mes de agosto, en una encuesta que revela que su gestión al frente del país no satisface al 86% de los franceses.
El nuevo récord negativo de Hollande coincide con el anuncio del retorno a la política del ex presidente conservador Nicolas Sarkozy, cuya cota mínima de popularidad como jefe del Estado fue del 28%, más del doble de lo que tiene el actual titular del Palacio del Elíseo.
La baja popularidad de Hollande arrastra al primer ministro, Manuel Valls, el político más valorado de Francia antes de ser asumir las riendas del Gobierno en marzo pasado con tasas de popularidad de en torno al 70 por ciento.
Pero medio año después la aceptación de Valls ha caído al 36% según el mismo sondeo, en el cual el 61% de los encuestados se declaran descontentos con el jefe del Ejecutivo.
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Sin embargo, durante la semana pasada el Parlamento francés ratificó a Valls y su equipo de gobierno, quienes contaron con el apoyo de 269 parlamentarios. Aunque este resultado contrasta con los 306 votos a favor que había recibido en abril cuando asumió.
Pese a ser un "logro" para Hollande ante el descenso de su popularidad y los cambios obligados en su gobierno, desde la oposición llovieron las críticas y el líder de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), Christian Jacob, advirtió que es la constatación de que "sus días están contados".
Valls no estaba obligado a someterse a la moción, pero con ella buscaba ganar legitimidad y recuperar fuerza ante el delicado escenario económico y la crisis gubernamental de finales de agosto, que llevó a la remodelación del Ejecutivo.
El sondeo en el que Hollande obtuvo el 13%, elaborado por el instituto Ifop para
, se realizó entre los pasados 12 y 20 de septiembre sobre una muestra representativa de 1.970 personas entrevistadas en persona y por teléfono.