Desde que Mehdi Nemmouche, un militante francés del Estado Islámico, asesinó a cuatro personas en el Museo Judío de Bruselas, Bélgica, en mayo, se reavivaron los temores de que personas de distintos lugares del mundo se incorporen a luchar en organizaciones terroristas para combatir en Medio Oriente o, lo que sería aún peor, llevar a cabo ataques en sus países de origen.
Según un informe presentado por el Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, 12 mil extranjeros de 74 países han viajado a luchar con los yihadistas. De estos, entre un 20% y un 25% pertenecen a países occidentales.
La semana pasada, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, convocó una coalición de 40 países para "degradar y destruir al Estado Islámico" y destacó que una de las principales estrategias será buscar métodos para detener el flujo de militantes provenientes del exterior.
¿Qué es lo que motiva a estas personas a dejar su vida atrás y dedicarse a participar en las masacres de los grupos extremistas? ¿Cómo las atraen los yihadistas en Irak y Siria? ¿Qué hacen los gobiernos para combatir esto? Infobae habló con un experto para responder estas preguntas.
12 mil extranjeros de 74 países han viajado a luchar con los yihadistas
Según Joseph Humire, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Segura y Libre, muchos de estos extremistas deciden viajar porque están de acuerdo con la ideología y los preceptos de los grupos yihadistas. "Hay muchas personas que realmente creen en la ley islámica, conocida como la sharia, y piensan que Occidente corrompe a la sociedad. La ideología es una herramienta muy poderosa para reclutar", dijo.
Apenas iniciada su sangrienta campaña en Irak y Siria, el ISIS lanzó una extensa campaña de reclutamiento a través de las redes sociales para seducir a quienes no se involucraron. Utiliza estas plataformas para presentar una imagen idealizada de los horrores del conflicto y las masacres.
Además, ha publicado videos que muestran atrocidades, como las decapitaciones de los periodistas James Foley y Steven Sotloff y el británico Steven Haines. Son filmaciones en que se muestra, por ejemplo, a combatientes australianos que solicitan más reclutas, familias que supuestamente están viviendo mejor e incluso uno presenta el conflicto como una película de acción de Hollywood.
"Estos sangrientos y brutales videos han tenido un gran éxito en incrementar la cantidad de incorporaciones a las luchas. A los voluntarios los motiva en el sentido de que les da la sensación de que pueden ganar la batalla. Muestran fuerza y solidaridad", explicó Humire.
"La ideología es una herramienta muy poderosa para reclutar"
Como era de esperarse, muchos gobiernos iniciaron contracampañas para disuadir a sus ciudadanos de unirse a las filas yihadistas y para mostrar lo terribles que son las atrocidades que estos grupos cometen. Por ejemplo, el Departamento de Estado de EEUU publicó en agosto un video titulado "Bienvenidos a la tierra del Estado Islámico", en el que muestra cómo el ISIS destruye mezquitas y ejecuta violentamente a otros musulmanes.
Pero una de las mayores amenazas a las que se enfrenta Occidente es que sus ciudadanos, tras combatir en Medio Oriente, vuelvan a sus países para llevar a cabo actos terroristas, como ocurrió con Nemmouche. Según Humire, "hay que combatir la ideología de estos grupos, es decir, combatir contra el islam radical. No sólo de los sunitas, pero también de los chiítas".
Y es muy probable que eso eventualmente ocurra: en otro caso, la policía francesa arrestó en Cannes a un hombre que, tras luchar 18 meses en Siria con el Frente al Nusra, en un mensaje dijo que "castigaría a Francia". En su hogar se encontraron varias latas con TAPT, un explosivo de alto poder usado por Al Qaeda en varias ocasiones tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.
"Hay que combatir el islam radical"
En el caso más reciente, en Australia, de donde surge la mayor cantidad de yihadistas per cápita, 15 militantes del ISIS fueron detenidos bajo la acusación de que querían seleccionar a varias personas, entre ellas menores, y filmar sus decapitaciones. Supuestamente la misión había sido encomendada por Mohamad Maryalei, el australiano de mayor rango dentro del ISIS.
Para combatir esta amenaza, varios países han tomado medidas para proteger a sus ciudadanos: Francia solicitó que se pueda impedir que viajen, el primer ministro David Cameron sugirió que los terroristas ingleses no puedan volver al país y Rusia prohibió unirse a grupos armados que contradigan la política rusa.
Pero una solución parece estar en el horizonte: el presidente Barack Obama hizo circular entre los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas una propuesta que, si se aprueba, obligaría a todos los países a limitar algunas libertades de ciudadanos que busquen "perpetrar, planear, preparar o participar en actos terroristas".
Pero para Humire, el panorama no es alentador: "Si las cosas mantienen como están, creo que la cantidad de combatientes extranjeros va aumentar, principalmente en América Latina, donde hay un movimiento de islam radical creciente".