La Comisión de Investigación Independiente sobre la República Árabe Siria presentó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra su último informe sobre la situación de derechos humanos en ese país, el cual se basa en 480 entrevistas y en las pruebas reunidas entre el 20 de enero y el 15 de julio de 2014.
En él la Comisión destaca que "las fuerzas gubernamentales continuaron llevando a cabo masacres y ataques generalizados contra la población civil, cometiendo de manera sistemática asesinatos, violaciones, actos de tortura y desaparición forzada constitutivos de crímenes de lesa humanidad. Han perpetrado graves violaciones de los derechos humanos y cometido crímenes de guerra", informó en su portal Panorama Diplomático la ONG Red Internacional de Derechos Humanos (RIDH), con sede en Suiza.
El presidente de la Comisión, Paulo Pinheiro, indicó que "el gobierno es el responsable de la muerte de muchos civiles en los puntos de control; lugares que son el inicio a un viaje horrible, fuente de terror, donde muchas personas han visto desaparecer a sus familiares… y otros muchos civiles han muerto en diferentes espacios gubernamentales 'a puertas cerradas' incluyendo periodistas. Un ejemplo de que el gobierno no pretende distinguir entre civiles y grupos armados, es el ataque durante varios meses al campo de refugiados de Damasco".
El informe también señala que "los grupos armados no estatales cometieron crímenes de guerra, entre ellos asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, torturas, toma de rehenes y vulneraciones del derecho internacional humanitario". El conflicto en el que está sumergido el país, una vez fue entre el Gobierno de Bashar Al Assad y un número limitado de grupos armados antigubernamentales pero "ahora se ha transformado en múltiples conflictos en continua evolución en los que intervienen innumerables actores y frentes".
La complejidad del conflicto descrito por Pinheiro como "una absoluta locura" se debe en gran medida a la inacción internacional. Así lo señalo al explicar que la pasividad ha permitido que las partes actúen con total libertad en contra de la población civil "y de ello se ha beneficiado el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). A este grupo se le acusa de ser responsable de asesinatos, toma de rehenes, desapariciones forzadas, violaciones, torturas y malos tratos contra la población civil, grupos antigubernamentales y también contra fuerzas del propio gobierno.
Ante todo ello, el gobierno de Siria, en respuesta a la Comisión, expuso que "una vez más este informe es parcial, politizado, basado en testimonios falaces que fueron hechos fuera del territorio sirio, por lo cual no tiene veracidad y no lo reconoce". Además, criticó que en el informe se le haya dedicado un capítulo al estado islámico y no a los grupos antigubernamentales.
Varios Estados se manifestaron respecto a los hallazgos de la Comisión de investigación. Brasil agradeció a los expertos que la integran por "la naturaleza seria y bien argumentada del informe", al mismo tiempo patentó su convencimiento que frente al conflicto no puede haber una solución militar y reiteró "la necesidad de parar el suministro de armamento a todas las partes implicadas… abogamos por el embargo de armas y la rendición de cuentas para quienes hayan cometido violaciones". Concluyó indicando que aunque la situación sigue siendo muy complicada, hay ciertas esperanzas de mejora.
La Comisión de Investigación Independiente sobre la República Árabe Siria, con Paulo Pinheiro (centro) a la cabeza
Por su parte, Ecuador saludó "los acuerdos entre Siria y la comunidad internacional en lo referente a las armas químicas", criticó a los países occidentales de no valorar positivamente estos pasos dados por el gobierno y a la Comisión "por su clara intencionalidad al señalar y hablar enfáticamente del gobierno de Siria, sin reconocer su legitimidad". Entre tanto, Cuba condenó "la muerte de personas, todo crimen de guerra y las ejecuciones extrajudiciales… y que se le atribuya de manera poco objetiva la responsabilidad de la muerte de civiles al gobierno".
Venezuela llamó la atención de la Comisión por lo que considera "una falta de objetividad, partiendo de situaciones que no son comprobadas" y reiteró su solidaridad con "el legítimo gobierno de Siria y el pueblo". También indicó que los ataques al gobierno fueron preparados por fuerzas occidentales y reprochó "la manipulación de los medios de comunicación en este tema".
La Comisión afirmó no tener "preferencia por el gobierno o las otras partes… hicimos también un informe sobre los grupo armados antigubernamentales". Al mismo tiempo, ofreció al gobierno de Siria su disposición de mostrar la metodología, pruebas y métodos que usaron para realizar el informe, basados en el derecho internacional y pidió acceso al país, el cual hasta ahora ha sido denegado. "El conflicto no se va resolver por una única vía… para poner fin es urgente el diálogo, la negociación y la acción", concluyo el grupo de investigaciones.