Franco Picardi es conocido en los tribunales de Comodoro Py. Trabajó en una fiscalía y en un juzgado federal. "Franquito" lo llamaban. Es el subsecretario de Relaciones con el Poder Judicial y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia y desde el año pasado fue ungido por Carlos Zannini como uno de los operadores judiciales del kirchnerismo en los juzgados y fiscalías federales
Se lo ha visto trajinar los pasillos y visitar a jueces y fiscales para hacerles conocer los deseos judiciales de la Casa Rosada. Responde a las directivas del vice ministro de Justicia a cargo del ministerio, Julián Álvarez, y tiene afinidad con La Cámpora. Se presentó a concurso para ser fiscal federal y su examen escrito fue calificado como el mejor.
De las 12 fiscalías federales, dos están vacantes. Son los fiscales federales quienes impulsan-entre otras- las investigaciones por corrupción. Y son quienes apelan o no las decisiones de los jueces. Sus cargos son claves para el poder político.
El subsecretario de Estado quedó primero en el concurso. Obtuvo una calificación de 47 sobre 50 puntos posibles. Lo siguieron de cerca otros dos simpatizantes del gobierno: el segundo, con 46 puntos, fue Sebastián Bringas, secretario del juez federal Sebastián Casanello: el tercero, con 45, fue Milton Kashki, quien trabajaba en la fiscalía federal 6 y ahora integra la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) en el área de Delitos contra la Administración Pública.
El concurso 102 de la Procuración General fue dispuesto para cubrir la vacantes existentes en las fiscalías federales 5 y 10. El tribunal evaluador que corrigió los exámenes estuvo presidido por la procuradora General, Alejandra Gils Carbó, e integrado los fiscales Gabriela Beatriz Baigún, Cecilia Alida Indiana Garzón, Adolfo Raúl Villate, José Ignacio Candioti Puyol. A ellos se les sumó el jurista invitado que fue Eugenio Sarrabayrouse.
Los concursantes tuvieron que analizar un caso real. Una denuncia de irregularidades en el manejo de fondos públicos en la Secretaría de Desarrollo Social de un municipio de la Provincia de Buenos Aires, con respecto a cooperativas de trabajo locales. Los recursos provenían del Estado nacional, asignados para la ejecución de un programa de empleo. Tenían que explicar cuál iba a ser la actuación del fiscal federal interviniente en el caso.
El jurado no sabía los nombres de los postulantes y se corrigieron los exámenes en base a claves cifradas. A Picardi le correspondió la LSM296. En la evaluación del Tribunal se lee: "Se trata sin duda de uno de los mejores exámenes...A criterio del Tribunal, el/la postulante demuestra un sólido conocimiento procesal y de las herramientas de políticas criminales para la investigación de delitos económicos. Demuestra convicción en la hipótesis planteada y coherencia en las medidas solicitadas. Por lo expuesto el Tribunal considera apropiado otorgar al examen 47 puntos". El dictamen de Sarrabayrouse no utiliza adjetivos, pero también califica a Picardi con 47 puntos.
El resultado de la corrección-conocido ayer- era el comentario de hoy en Comodoro Py. Lejos en las calificaciones habían quedado secretarios de fiscalías de Cámara, de fiscalías de primera instancia o de juzgados, con mucha experiencia en la justicia federal pero sin militancia ni cercanía con el kirchnerismo.
Jueces y fiscales dan por descartado que -una vez que pasen las otras instancias del concurso- si el Senado le aprueba el pliego, Picardi quedará a cargo de la fiscalía federal 5. Allí está, entre otros, un caso por el que Picardi ha mostrado especial interés en reuniones con jueces y fiscales: la compra de la empresa Papel Prensa.